Creyeron que estaba muerto y hasta iban a donar sus órganos cuando ocurrió un milagro

Cada día es un regalo especialmente cuando se piensa que un ser querido ha muerto y regresa a la vida. Después de haber estado dos meses en un estado de coma profundo, con varios huesos rotos y con una parte del cerebro muerta, Sam Schmiddespertó el día que lo iban a desconectar de las máquinas de soporte de vida artificial. Hoy, Sam está de vuelta en la universidad y hace parte del equipo de básquetbol.

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Cómo todo muchacho de 21 años, Sam era un joven lleno de vida estudiando negocios en la universidad y entrenando niños a jugar básquetbol.

Una tarde, cuando regresaba de una sección de entrenamiento, una camioneta se lo llevó por delante causando la tragedia. Sam sufrió heridas severas en el cerebro y fue transportando del hospital local en helicóptero al Centro Médico San José en Phoenix en donde los médicos realizaron una operación cerebral delicada. Después de la cirugía, Sam entró en un estado de coma profundo y durante dos meses no mostró señales de recuperación.

Cuando los padres y los doctores decidieron desconectarlo para donar sus órganos, uno de los neurólogos hizo una última ecografía cerebral. Al darse cuenta que no todo el cerebro estaba muerto, decidió dejarlo conectado unos días más. Esa misma noche Sam movió los dedos cuando el neurólogo se lo pidió y de ahí en adelante comenzó a mostrar señales de vida y a iniciar el proceso de recuperación. ¿Se imaginan? Si no hubiera sido por esa corazonada del doctor, Sam no existiera hoy para contar su milagrosa historia.

No me imagino la felicidad de sus padres. Después de haber creído que habían perdido a su hijo, lo recibieron de la forma más inesperada. Sam agradece su recuperación extraordinaria al equipo de rehabilitación cerebral de Barrow, cuyo programa tipo militar de 40 horas a la semana hizo que Sam volviera a ser el mismo de antes. ¡Realmente increíble!

Me encanta cuando los médicos se olvidan de su trabajo y hacen hasta lo imposible por devolverle la vida a sus pacientes. Sam sigue practicando básquetbol, pero cambió su carrera de negocios a veterinaria. Quiere trabajar con animales y viajar por todo el país contando su historia para inspirar a los jóvenes a que vivan cada momento cómo si fuera el último.

Imagen vía abcnews.go.com