Si algo maravilloso tiene esto de estar soltera y sin compromiso, es no tener que aguantarle "olores" a nadie. Porque si bien es cierto que mis hijos de 10 y 12 años son unos hombres, ellos tienen su cuarto de baño y yo tengo el mío. Ya sabes a lo que me refiero: a nadie le gusta estar respirando esos aromas tan ingratos. Y aunque mi baño no lo comparto con nadie y por si acaso tengo siempre a mano una velita aromática que enciendo regularmente, no pude evitar soltar la carcajada cuando vi el video que te muestro más abajo.
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La verdad es que quienes inventaron el famoso Poo-Pourri, un producto que ayuda a prevenir esos indeseables olores, se merecen el premio Nobel de la Paz. No conozco a ninguna mujer, por muy enamorada que esté de su marido, a quien no le moleste el olor que dejan los hombres después de que van al baño.
Te juro que no hay fósforo, ni cigarrillo, ni aerosol que pueda con eso. Ve el video que te estoy comentando y dime si, exageración aparte, no refleja una realidad de la que a nadie le gusta hablar. Pero como no vinimos aquí a quejarnos sino a compartir soluciones, te cuento como he lidiado con este asuntillo…
En casa de mi abuelita siempre había, estratégicamente ubicada sobre la tapa del tanque de agua del toilette, una caja de fósforos que parecía no acabarse nunca y funcionaba. Pero también funcionaba el hecho de que todos los baños de esa casa tenía ventanas con vidrios que no dejaban ver hacia adentro, pero que permitían que circulara el aire fresco, que como sabemos es el mejor antídoto contra los hedores.
Como ahora tienen esa maña de construir baños sin ventanas, pues lo mejor es asegurarse de que los ventiladores-extractores de aire funcionen correctamente. Además de las velitas que mencioné, me gusta tener potpurrí y por supuesto cualquier cosa que huela a limpio y a fresco.
La verdad es que no soy amiga de los aerosoles y por eso privilegio los saches y potpurrís. Tampoco soy muy fanática de esos dispensadores de aroma que se enchufan. No es que sea alérgica sino que me dan "alergia" los químicos. Lo otro que puedes probar son esos palitos difusores de aroma, tener un jarrón con una ramas de eucaliptus de esas bien aromáticas y en última instancia ¿qué te parece si conviertes a ese hombre en vegetariano, total, no eres tú la que cocina? Digo aquí, pensando en voz alta.
Embedded content: https://www.youtube.com/watch?v=7aJTxUf4i84
Imagen vía YouTube
