
En ocasiones las emociones nos ganan y nos llevan a cometer locuras, y el problema de esas acciones impulsivas son las consecuencias con las que debes lidiar, a veces para toda la vida. Recuerda que el tiempo no se puede regresar, mejor piensa antes de actuar y evita arrepentimientos.
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Decir sí cuando no estás convencida

A veces la euforia del momento puede llevarte al impulso de decir ¡sí! , sin saber si puedes cumplir el compromiso. Decisiones tan importantes como hacerte cargo de algo que no es tuyo o peor aún, decir sí al matrimonio cuando no estas convencida, es tanto como ir solita a la horca.
Gritar un ¡Te odio!

Entiendo que el enojo te invada y necesites explotar. Sacar la furia es sano siempre y cuando tu descarga sea hacia un objeto como un costal o una almohada. ¡Te odio! es una frase fuerte que puede herir cualquier relación. Ten cuidado y mejor grítalo sin que esté nadie presente.
Vengarte

Cuando caes en la dulce tentación de la revancha, estas metiéndote en una guerra sin fin. Creo que es importante que te calmes antes del desquite y que realmente pienses si vale la pena la batalla o lo mejor es darte la vuelta e irte en paz.
Renunciar a un proyecto porque estás harta

Darte por vencida ante algo que quieres sólo por el hecho de que estás fastidiada o porque las cosas no están resultando tan rápido como te gustaría, es algo de lo que te puedes arrepentir. Puedes darte pausas o cambiar la ruta pero JAMÁS renuncies a tus metas.
Dejarte llevar por las copas

Es bien sabido que el alcohol altera la conciencia de cualquier persona y te deshinibe totalmente. Solo sé cautelosa en las cosas que hagas o digas cuando estás bajo los efectos del alcohol. No vaya a ser que tus acciones después tengan consecuencias importantes en tu vida.
Comprar lo que no necesitas

Es uno de los impulsos que nos cuestan literalmente más caros. Llenarte de deudas por un coche nuevo- cuando el que tienes está en excelentes condiciones- o querer renovar un guardarropa cuando aún no es tiempo, te puede quitar la paz y tranquilidad.
Contar un secreto

Nuestro instinto comunicativo puede meternos en serios problemas si no nos sabemos controlar. Toma en cuenta que un secreto es eso, “un secreto” y que por más ganas que tengas de revelarlo al mundo, debes ser discreta porque la persona que te lo contó depositó su confianza en ti.
Ser violenta

Depende mucho de tu personalidad pero si eres demasiado explosiva, aprende a contar hasta 10 y busca ayuda para aprender a controlarte. La violencia tanto física como verbal te puede acarrear muchos problemas emocionales a tí y a los tuyos.
Confiar en alguien que no conoces

Sería lamentable que alguien a quien llevas muy poco tiempo conociendo le contaras todos tus secretos y le mostraras lo más profundo de tu alma. La decepción puede ser terrible, por muy bien que te caiga, JAMÁS confíes todo de tí a alguien que acabas de conocer.
Romper la dieta

Sé disciplinada y evita hacer dietas imposibles. Sé realista y ponte una meta con la que te puedas comprometer. No hay nada más terrible que no confiar en ti misma ni en tu fuerza de voluntad. Un día a la vez o una semana a la vez como propósito te pueden ser de gran ayuda.