Si algo debemos cuidar nosotras las madres (y los padres también) son las palabras que decimos a nuestros hijos. Muchas veces, por ignorancia, usamos palabras hirientes, y las consecuencias son totalmente negativas para el desarrollo de los niños. Mira a qué me refiero y qué palabras debes borrar de tu vocabulario cuando les estés hablando.
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Estaba yo en el supermercado, distraída escogiendo los productos de mi lista, cuando escucho que una mujer comienza a gritarles a sus hijos. La mujer tenía tres niños y era hispana, cuando le dice a uno de sus pequeños "¿Eres estúpido? Ya te dije que no voy a comprarte eso!". Me provocaba acercarme y decirle: "Aquí hay una sola estúpida y la estoy mirando", pero uno se controla, porque en un 'tris' llaman a la Policía, y te puedes ver involucrada en algo donde no tienes arte, ni parte.
Lo triste es que la pobre mujer no es la única que trata a los hijos tan mal. Y aunque me duela reconocerlo, esta manera de relacionarnos con los hijos, es bastante común entre nosotros los hispanos y es algo que debemos mejorar. Mira qué frases debes evitar SIEMPRE:
1. ¡No seas tonto, no seas torpe! Frases como ésta son una humillación, y fomentan una baja autoestima en el niño.
2. ¡Cada día te portas peor! Creerá que es malo y que ya no puede cambiar.
3. Por más que te digo las cosas, ¡no aprendes! Lo que el niño entenderá es que no tiene capacidad para aprender o superarse. Su autoestima se va al fondo.
4. Debes aprender de tu hermano. No caigas en la tentación de compararlo con su hermano o con el primo. Cada niño es diferente, debes ayudarlo a superar sus debilidades sin compararlo con nadie. Este tipo de comentarios fomenta la rivalidad y los celos.
5. Eres malo, ya no te quiero. Con frases así estás declarando tu 'desamor' y si hay algo que causa inseguridad en un niño es sentir que no es amado.
6. Yo a tu edad me sabía todas las tablas de multiplicar. Aquí estamos destacando su incapacidad para realizar ciertas tareas. Dejas de ser su referente para convertirte en su rival.
7. Se lo diré a papá cuando venga. Las amenazas inculcan temor, inseguridad y miedos.
8. Me tienes harta. Con esta frase estás declarando que ya no lo quieres, que ya lo no deseas apoyarlo. Y es terrible para un niño escuchar esto.
Dicen que las palabras se las lleva el viento, ¡pero no es cierto!, y especialmente las palabras hirientes se quedan en la mente haciendo daño durante largo tiempo. Cuida lo que dices a tus hijos, porque puede que no lo olviden nunca.
Imagen vía IStock