Los números no mienten ni exageran. Cada minuto se roban 19 indentidades electrónicas en el país. ¿Aun no te has asustado? Deja que te cuente estas historias escalofriantes y verás cómo lo vas a pensar 100 veces antes de arriesgar tu información privada en Internet.
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El recién nacido
Anndorie Sachs vivió una gran pesadilla en Salt Lake City. Todo comenzó cuando la llamaron de un hospital diciéndole que su bebé recién nacido había dado un resultado positivo de drogas. Ella pensó que se trataba de un error, hasta que al día siguiente llegó la policía a su casa a quitarle a sus hijos. Sachs, quien no había dado a luz recientemente, fue víctima del robo de identidad médica. Una mujer se hizo pasar por ella en el hospital. Le llevó mucho tiempo, dinero y dolores de cabeza remediar el problema.
Los peores vecinos de la historia
Lara Love y David Jackson se hicieron amigos de unas 30 familias en su vecindario, les robaron la identidad metiéndose a sus conexiones de WIFI, y durante ocho meses se gastaron $15,000 que no eran de ellos. Afortunadamente los atraparon, pero la historia muestra lo fácil que es caer en problemas por no proteger bien el acceso a Internet.
Robo masivo
Phillip A. Cummings participó en el robo de 30,000 identidades, mientras trabajaba en una empresa que verificaba referencias personales. El fraude, que duró varios meses, fue de entre $50 y $100 millones. Contra esto no hay mucho más qué hacer que chequear regularmente nuestro crédito. Mientras más rápido se descubra que hay algo raro, menor el daño.
Robo después de la muerte
Gregory Welch tenía 18 años cuando murió en un accidente de auto. Como había ganado dinero repartiendo pizza ese año, sus papás se vieron obligados a presentar su planilla de impuestos. Cuál no sería su sorpresa, al darse cuenta que otra persona ya lo había hecho, creando un panorama financiero que no tenía nada que ver con el chico. La moraleja es que ante cualquier cambio importante de vida hay que alertar a las agencias de crédito. En este caso, tendrían que haber pedido que se emitiera una alerta de "no dar crédito".
Un caso de película
Uno de los ladrones de identidad más famosos del mundo es Frank William Abagnale, Jr. cuya historia fue la base de la película Catch me if you can, con Leonardo Di Caprio. Cuando tenía entre 15 y 18 años, Abagnale se hizo pasar por ocho personas diferentes, incluyendo un piloto de avión, y firmó cheques sin fondo por más de $2 millones.
Desde el hospital
Fernando Salazar fue condenado a tres años y medio de cárcel tras confesar que se había robado los datos financieros de más de 250 pacientes del hospital de Montefiore, en Nueva Jersey, los que usó para malhacerse de $12,000. Otro motivo más para pedir una versión actualizada de tu historia de crédito cada vez que des tus datos a un nuevo lugar.