"¿Te quieres casar conmigo?" Una pregunta determinante para tu futuro ¿no crees?. Pon atención a lo que sientes antes de responder. ¿Serán mariposas en el estómago al imaginar el romance de una vida compartida?, o ¿será una gran incertidumbre? No te autoengañes, tu corazón no miente así que hazle caso y ten el valor de reconocer si este matrimonio no es para ti.
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Imagen vía Corbis
Si crees que el matrimonio resolverá sus problemas
Construir una nueva vida puede llevarte a la fantasía de creer que la solución a sus problemas de pareja se van a resolver por arte de magia. El matrimonio es cosa seria y requiere de preparación emocional y mental para compartir una vida de forma constructiva.
Si piensas que te enamorarás más adelante
Aunque el enamoramiento no lo es todo, la química inicial es indispensable para que exista una verdadera conexión de pareja. Pueden funcionar perfectamente como amigos y tener maravillosos acuerdos pero si no están enamorados, eso puede ir directo al fracaso.
Cuando lo haces por despecho
Aquello de que un clavo saca otro clavo no funciona, así que si no has superado el duelo de una relación anterior y quieres superar tu dolor a través del matrimonio con alguien más, estás cometiendo un error garrafal del que tarde o temprano te terminarás arrepintiendo.
Si crees que es un requisito para ser feliz
Si te dejas asombrar por el típico estereotipo de la familia y no estás tan segura de que esa vida está hecha para ti, yo que tú pensaría dos veces antes de tomar la decisión ya que necesitas estar convencida más allá de cualquier esquema social.
Si sientes que es un requisito en tu plan de vida
El matrimonio no es un requisito, si tu plan de vida va en comunión con ello "adelante", pero si tienes la más mínima duda emocional, mejor hazle caso a tu corazón y no te cases, tu plan de vida siempre estará sujeto a cambios.
Si estas arrepentida pero no quieres lastimarlo
Este es el peor de los motivos por los que podrías forzarte a un matrimonio ya que desde el principio estas estableciendo que tu rol dentro de la relación está dirigido a rescatarlo emocionalmente y un matrimonio no funciona así.
Ha sido infiel
Si no has perdonado y desconfías, mejor ni lo intentes, dicen que lo que mal empieza mal acaba y aunque sí existen las segundas oportunidades, antes de casarte resuelve tus dudas y sana tus heridas al respecto. Ya después podrás tomar una decisión.
Si tiene una adicción
Si piensas que el matrimonio es la cura a sus adicciones, y sientes que con el tiempo va a sanar, estas arriesgando tu tranquilidad y además este es un posible signo de codependencia de tu parte.
Si no soportas a su familia
Es parte del círculo que formará parte de tu vida “te guste o no” y difícilmente podrás evitar el contacto, esto puede generarte problemas muy importantes de pareja sobretodo si se siente entre la espada y la pared.
Si no estás satisfecha sexualmente
La sexualidad plena es parte fundamental de una relación sana y constructiva, la comunicación en la intimidad es uno de los vínculos que hacen que tu relación crezca. Si no hay plenitud, es una señal de alarma.
Por miedo a la soltería
Si lo haces porque sientes que se te va el tren y es tu última oportunidad, puedes llevarte la sorpresa de que tu matrimonio no es lo que esperabas. Tomar decisiones desesperadas puede nublar tu objetividad.
Si sus intereses son diametralmente opuestos
La vida en común requiere que tengan proyectos y planes en común. Si tú quieres una familia pero él está convencido de que no quiere hijos y te autoengañas pensando que a la larga cambiará de opinión, tu matrimonio no funcionará.