La obsesión de Lacey Wildd por las cirugías plásticas no tiene límite y es que la está llevando tan lejos que me pregunto si puede llegar a costarle la vida. Esta mujer no está feliz con los implantes de seno que tiene por eso se los quiere agrandar aun más. ¿Hasta dónde planea llevar su adicción?
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Lacey, de 46 años y madre de seis hijos, planea someterse a la cirugía número 37, según ella porque desea lucir como un dibujo animado. Su fantasía es llegar a ser talla triple Q. Su busto no sólo parece dos pelotas infladas sino que le ha causado limitaciones físicas, como por ejemplo el no poder correr.
Ella asegura que quiere ser perfecta y para lograrlo, planea llegar a ser talla 0. Para conseguir esta meta, Lacey comenzó una dieta muy peligrosa en las últimas seis semanas que consiste en alimentarse de manzanas, jugo de limón y agua.
Aunque su obsesión es tener el busto gigante y su vida gira en torno a sus senos, decidió operarse el trasero y ya se ha puesto implantes en tres ocasiones, según ella, porque con los años las nalgas se le han caído. Cada operación le ha costado $10 mil dólares. Ella ha asegurado que le gusta llegar al límite con el tema de las cirugías y que se siente orgullosa de ser una mujer de plástico.
Entre las cirugías que Lacey se ha realizado se encuentran 12 aumentos de seno, liposucción, operación de la nariz, aumento del mentón y los implantes en las nalgas.
Cada seno de esta mujer, original de Virginia, pesa 21 libras, lo que representa bastante peso para esta parte del cuerpo. Encontrar ropa de su talla no es fácil y cuando cocina tiene que usar los quemadores de la parte de atrás de la estufa para evitar que se le quemen los senos.
Es realmente triste la adicción de Lacey, una mujer que siente que tiene que realizarse cirugías plásticas para verse perfecta, tal y como dice ella. No solamente está demostrando una gran falta de amor propio y de baja autoestima sino que el ejemplo que le está dando a sus hijos es el peor de todos. Me pregunto cuáles son los motivos que llevaron a Lacey a ser esclava de las cirugías y por qué no se puede aceptar tal y como Dios la trajo al mundo. Ojalá que esto no le cueste la vida.
Imágenes vía Splash
