Aunque los ginecólogos lo han visto y oído todo, todavía es la hora que nos sentimos incómodas cuando vamos a la visita. Nos da pena hacer preguntas y hay veces que hasta dejamos de ir porque nos parece molestoso. Hay que dejar de poner excusas y hacerse los exámenes de rutina porque nos puede evitar problemas allá abajo.
Muchas de nosotras visitamos al ginecólogo una vez al año para hacernos la prueba del Papanicolaou y otros exámenes de rutina. Hay que empezar a hacer las preguntas adecuadas y sacarle provecho a la visita.
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Hay cosas que hacemos o dejamos de hacer durante la visita que realmente molestan al ginecólogo. Mira la siguiente galería para que veas esos problemas de comportamiento y los cambies. ¡Pilas! Estos consejos te pueden salvar la vida.
Imagen vía Corbis
Sólo pastillas anticonceptivas
Las pastillas son importantes, pero para renovar la prescripción no tienes que ir al ginecólogo. No desperdicies una visita tan importante únicamente con el objetivo de las pastillas en la mente. Ve preparada con preguntas acerca de tu salud en general.
Mientes sobre tus senos
El cáncer del seno es una de las causas de muerte más común entre las mujeres y afecta a todas las edades. Aunque el ginecólogo te enseñó cómo hacerte el chequeo para ver si tienes quistes, nunca lo haces. Cuando vas a la visita no es la hora de mentir y decir que si te has chequeado porque corres el riesgo que el doctor no lo haga. Sé sincera y dile que no sabes hacerlo para que el te revise cuidadosamente.
Crees que todo es cáncer
He tenido mis sustos en el ginecólogo porque no escuché con atención y me asusté cuando recibí los resultados de algún examen. No necesariamente porque escuches las palabras "irregular", “quiste" o "pólipos" significa que tienes cáncer. Hay que prestarle atención al ginecólogo y escuchar cuando nos habla.
Te automedicas
Es muy fácil hacerlo sobre todo cuando se trata de infecciones por hongos, flujo vaginal o infecciones urinarias. Se pueden comprar tratamientos sin receta médica y empezarlos a usar antes de que se haga la cita. Cuidado porque puedes estar disfrazando un problema. Llama al médico antes de comprar el tratamiento, porque a veces es muy difícil diagnosticar algo después de que se ha aplicado la medicina.
No compartes tus problemas de salud
Muchas veces se nos olvida que los ginecólogos son doctores y nunca le hablamos de nuestros problemas de salud. Casi nunca le informamos si estamos tomando otros medicamentos o si nos diagnosticaron un problema. Hay que informarles a los ginecólogos sobre cualquier cambio en nuestra salud porque muchas veces los tratamientos anticonceptivos no se pueden mezclar con otros medicamentos.
No te gusta que te examinen
El cáncer cervical es un riesgo porque es muy difícil de detectar y los síntomas son muy generales. La única manera de saber si hay células irregulares es con una prueba de Papanicolaou. A las mujeres que no les gusta hacerse las pruebas y cancelan la citas, tienen un riesgo más alto aunque no tengan un historial clínico. Hay otros tipos de cánceres como el del ovario y la vulva que pueden detectar con un examen vaginal simple.
Cancelas porque tienes la menstruación
No canceles la cita porque estás sangrando, consulta a tu médico antes de asumir que no te va a querer revisar. Lo más probable es que te diga que vayas a la cita porque la tecnología ha cambiado y él puede hacer los exámenes con un poco de sangre. Tranquila que la enfermera te dirá si es mejor que hagas otra cita.