
El día que Lisa Jarret fue al médico y vio en la balanza lo que pesaba, supo que tenía que hacer algo. 336 libras con una estatura de 5 pies y 8 pulgadas es muchísimo. El sobrepeso era la expresión del desastre en que se había convertido la vida de Lisa. No sólo creció en una familia de padres obesos con pésimos hábitos alimenticios, sino que estaba sumida en una relación amorosa de co-dependencia, se había refugiado en el alcohol y como sufría de depresión y ansiedad llegó a tomar hasta 8 antidepresivos y ansiolíticos al mismo tiempo. No me creerás cómo logró salir de ese hueco y perder 136 libras.
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Dos cosas cambiaron la vida de Lisa por completo. Un día fue a visitar a una amiga que vivía en un campus universitario y le gustó el ambiente, lo que vio. Tanto que decidió que quería mudarse a un sitio como ese. Decidida se lo comunicó a su novio, con quien vivía.
El anuncio significó la ruptura de la relación. Y allí comenzó el cambio radical en la vida de Lisa, al que se sumó el hecho de que se quedara sin auto y seguro médico, según cuenta lo mejor que le pudo pasar. No sólo comenzó a desplazarse en bicicleta, sino que con la pérdida del seguro ya no tuvo más acceso a los ansiolíticos y antidepresivos. Tuvo que enfrentarse a los problemas que el causaban ansiedad y depresión sin la ayuda de ningún fármaco.
La verdad es que esta mujer es una campeona en convertir crisis en oportunidad. Al ejercicio se sumó el cambio gradual de sus hábitos de alimentación. Un día a la vez, ahora cuenta que el cambio terminó siendo dramático y sustancial: dejó el alcohol y se mantiene sobria, ya no come tanta carne ni tantos alimentos procesados y atrás quedó la comida chatarra.
Aunque trabaja en una pastelería y se premia de vez en cuando con un dulce, limita las porciones y la frecuencia. No ha dejado de comer harinas, mantequilla o dulces. Sólo que ahora los come con moderación.
Su mejor estímulo es saber que ha perdido 136 libras. Por eso sigue montando bicicleta y además le encanta escalar. Se mantiene activa y sobre todo no se refugia en la comida ni en el alcohol. Venció sus demonios y tiene el control de su vida.
Por eso quise compartir su historia, porque creo que Lisa es una verdadera inspiración e ilustra muy bien aquello de que querer es poder.
Imagen vía Huffington Post