Por años no me maquillé, sólo para no tener que ensuciar las toallas blancas de mi baño ni las fundas, también blancas de mis almohadas. Claro que cuando ya no se tienen 15, no hay rostro que resista tanta "honestidad", así que al igual que tú, consideré usar las benditas toallitas limpiadoras. En mi caso no funcionaron, pero sigue leyendo y te cuento los pro y los contra…
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No sé si es porque mi piel es definitivamente delicada, o porque de verdad yo prefiero el agua y el jabón, pero la verdad es que las dos veces que intenté usar toallitas limpiadoras, nunca sentí la piel de mi rostro muy limpia que se diga.
Aunque como opción de emergencia para cuando me voy de viaje podría tolerarlas, la verdad es que no soy muy fanática de estas toallitas que se diga y ahora que leí que su uso prolongado puede tener serias consecuencias para la piel del rostro, pues menos que menos.
Al parecer, las toallitas podrían no solo agravar cualquier problemita que tengamos en nuestra piel como la resequedad, reacciones alérgicas y acné, sino que además podrían crear otros.
La verdad es que no me parece echarle la culpa de todos los males de nuestra epidermis a las famosas toallitas. Creo que es cuestión de cada quien, de cada tipo de piel y del producto limpiador que a uno le siente. Como puse más arriba, yo necesito agua y algo que haga espuma y hasta tengo una pequeña cepillito con el que me masajeo, para sentir que mi piel está libre de impurezas.
Te cuento que hace tres años el dermatólogo me diagnosticó una afección (rosácea) que me trato con una pomada que me receta mi doctor y que aplico en mínimas cantidades cuando la erupción (que nadie ha notado por cierto), me brota.
Recuerdo que en ese entonces me dijeron que tenía que lavarme la cara con Cetaphil y que no podía usar ningún otro producto limpiador. Seguí el tratamiento al pie de la letra por un año y admito que jamás sentí que tuviera mil piel limpia como a mi gusta.
Así que resolví volver a usar mi espuma limpiadora de Shiseido y como de verdad tengo la piel súper delicada, comencé a usar Benefiance Extra Creamy Cleansing Foam dos veces al día. Me la aplico con un cepillito de cerdas muy delicadas también de Shiseido, y me enjuago profusamente con agua tibia. Luego uso mi tónico facial y me aplico mi crema hidratante, humectante y si hubiera algo más también me lo pondría porque soy de piel fina y seca. Gracias a esto, he vuelto a tener mi piel como a mí me gusta. Sigo teniendo la rosácea y cuando me brota, aplico la pomadita y santo remedio.
Con esto lo que quiero decir es que las generalizaciones nunca son buenas. Y que lo que a lo mejor a mí no me resulta, pues a ti puede que te siente de maravilla. Hay quienes no pueden vivir sin las toallitas para retirar el maquillaje y jamás han tenido ningún problema con ellas. Si es así, no hay problema.
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