La mayoría de las mujeres acuden a la cirugía plástica para corregir lo que consideran "una imperfección". Más allá de eso, lo que hay de fondo es una inconformidad con la imagen que se recibe del espejo, un asunto que no se resuelve mediante el bisturí. Katie McMahon, de 28 años, es prueba de ello. Ella se sometió a una liposucción en todo el cuerpo cuando tenía 18 años imaginando tal vez que quedaría tan delgada como modelo de revista, pero poco después de la operación vino la decepción. La historia vuelve a repetirse, los resultados no fueron los esperados.
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Lo más triste del caso, es que fue su propia madre quien le aconsejó el traumático procedimiento. McMahon, escribió un artículo para "Rookie Magazine", que tituló: "Fuera de (mi) cuerpo" en el que contó su desagradable experiencia en el quirófano.
Según dijo a ABCNews.com, el propósito de este artículo fue a mostrar a otras jóvenes que no necesitan cirugía plástica para amarse a sí mismas. A pesar de que el procedimiento quirúrgico fue hace ya diez años, ella admitió haber sufrido mucho por aquella decisión. "Me he sentido avergonzada todo este tiempo por haberme sometido a una liposucción".
"Mis brazos estaban del mismo tamaño, pero con capas de piel colgando y pequeñas estrías blancas y cicatrices", escribió ella. "Mi estómago tenía piel suelta por todas partes y yo no podía ver mi ombligo a menos que separara los pliegues de la carne colgante con mis manos". Aunque McMahon dijo que la recuperación fue dolorosa, lo peor de todo fue como la hizo sentir con ella misma.
Contó que el año pasado, estuvo tratando de aceptar su cuerpo y todavía está en ese proceso. En el artículo, McMahon destaca que ella siempre ha tenido una fijación crónica con el tema de ser más delgada. La verdad es que algunos programas de la televisión hacen creer a las mujeres que la cirugía plástica tiene efectos casi "milagrosos".
Según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos un total de 236 mil adolescentes se sometieron a procedimientos estéticos en 2012, lo que representa un aumento del 2 por ciento con respecto al año anterior. En total, incluyendo a los adultos, se realizaron 14, 6 millones de cirugías plásticas ese año.
De acuerdo a Claire Mysko, Supervisora de adolescentes de la Asociación Nacional de Desórdenes Alimenticios (NEDA, por siglas en inglés) "la cirugía plástica es a menudo impulsada por cuestiones más profundas, como la depresión y la baja autoestima".
Y aunque ella acudió a la mesa de operaciones por recomendación de su madre, no quiere que la vean como a una villana. De hecho le hizo llegar a ella su artículo, antes de ser publicado, para estar segura de que el asunto no la incomodaría.
La experiencia de Katie McMahon me confirma que sería mejor acudir primero a un psicólogo, sería menos costoso y menos traumático, sobre todo en caso de adolescentes, habría que evitar a toda costa su transito por el quirófano, al menos hasta que sean adultas. Sería lo más sensato.
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