¿Te imaginas que un día tu hijito de 4 años se volteará y te dijera que en verdad él es una niña? Ese fue el caso de Norma, mamá de un pequeñito que desde esa temprana edad enfrentó una realidad poco común: que él sentía por dentro que en realidad era una niña.
La mamá investigó y encontró que su hijo no estaba loco. Los detalles de la historia me dejaron asombrada…
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Norma –quién se identificó con un nombre ficticio para proteger su identidad y la de su pequeña– confesó ante una entrevista que su hijo desde los 2 o 3 años le decía que él era una niña. Ella le respondía que no y le decía que él y su hermanito eran hombres.
Sin embargo, la insistencia del tema y ver detalles en la conducta de su hijo –como ponerse una toalla en la cabeza después del baño y pretender que era pelo largo–, hicieron que Norma investigará la situación y acudiera con un especialista para saber si algo malo ocurría con la salud de su hijo.
Se enteró que en verdad él se sentía como una niña debido al desorden de género de identidad. Es una condición médica psiquiátrica donde desde temprana edad una persona se identifica con el género opuesto.
La mamá confiesa que fue a la tierna edad de 4 años, cuando la orientación sexual no tiene nada que ver en la fórmula, que su hijo le dijo claramente que él era una niña y que por favor le cambiara el nombre. Por lo que comenzaron a decirle "Dulce".
Claro que el tema no fue tan fácil. Aunque esta valiente mamá acepto a su hija como tal para verla feliz, la cambió de escuela y comenzó una nueva vida como una niña.
Su padre se negó y se fue de la casa después de amenazar con matar al niño.
La comunidad transgénero latina tiene una probabilidad de suicidio cuatro veces más grande que el resto de la población. No me sorprende porque el rechazo familiar forma gran parte que genera el dolor emocional que los arroja a eso.
No entiendo cómo es posible que un padre pueda ser tan intolerante, machista y egoísta como para sacrificar el amor de un hijo por sus traumas propios. Es tristísimo. Me da gusto que esta pequeña por lo menos tiene una madre con un amor incondicional dispuesta a cumplir la única promesa que uno de debe a los hijos: amarlos sobre uno mismo.
Imagen vía captura de Univision