Mi esposa y yo estábamos sentados en frente del televisor, después de un día largo de trabajo. Nos quedamos con la boca abierta al ver uno de los programas de televisión en el cual entrevistaban a madres que admitían que buscaban atrasar a sus hijos en la escuela para que después fueran "más grandes", "más inteligentes" y "más desarrollados" que los demás.
La excusa de una madre fue lo que más me incomodó, ella afirmaba, "Yo quiero que mi hijo sea líder y no seguidor…" ¡Esa metodología me parece increíble e inaceptable!
Todos queremos que nuestros hijos sean exitosos en la vida, pero es un error atrasarlos o tratar de protegerlos de cualquier tipo de competencia, para que ellos sobresalgan. El liderazgo y la excelencia son cosas que se desarrollan en el carácter de un joven con trabajo, educación y esfuerzo, no eliminando a quienes están alrededor que puedan ser o no superiores a ellos.
Una de las cosas que mÒs ayuda a los hijos a desarrollarse intelectualmente es fomentarles el amor a la lectura y al estudio. El que sabe leer bien – y tiene la costumbre de leer a diario – puede educarse a sí mismo y descubrir el mundo por su propia cuenta. En vez de comparar a nuestros hijos con los demás, lo que debemos hacer es proporcionarles el ambiente y la autodisciplina necesaria para que crezcan y se desarrollen al máximo de su propio potencial.
La manipulación del sistema escolar, el quemar etapas o atrasar a los hijos sin necesidad, no abre las puertas al éxito.
Imagen vía Irving Yparrea/flickr