¿Sabías que uno de cada 28 niños tiene un padre en la cárcel? Yo no y cuando me enteré me quedé atónita. Muchos de estos padres no están tras las rejas por delitos violentos y aunque creo que tienen que pagar por sus acciones, me rompe el corazón pensar en todos esos niños que crecen sin un padre en casa y tienen que acostumbrarse a una visita semanal en la cárcel para tratar de conocerlos.
Por eso tengo que admitir que por más radical que parezca, dejar que los niños cuyos padres están encarcelados vayan a un campamento de verano en la cárcel es una buena idea.
Según un artículo del The Washington Post, una prisión en Maryland decidió implementar este campamento de verano de una semana para que los niños pasen un momento agradable con sus padres. Durante cinco horas al día, los niños pueden jugar, bailar y divertirse con sus papás, y es imposible negar que les encanta.
Teniendo en cuenta que los niños con padres en la cárcel son seis veces más propensos a ser suspendidos o expulsados de la escuela, esto suena como una gran opción para tratar de reducir ese número. Una de los comentarios que se hicieron en la historia que realmente me llamó la atención, fue acerca de cómo puede que estos hombres no sean buenos ciudadanos, pero eso no necesariamente significa que sean malos padres.
Además, es importante recordar que estos presos saldrán de la cárcel un día y tienen que reintegrarse a la sociedad. Si no tienen una fuerte conexión con sus familias, lo más probable es que terminen en problemas de nuevo. Creo que darle la oportunidad de pasar tiempo de calidad con sus hijos tiene que hacerlos querer cambiar y ser mejores seres humanos una vez que salen. Puedo estar completamente equivocada, pero no creo que perdemos nada intentándolo.
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