Myrka Dellanos y presentadoras de La Mesa Caliente llegan a México en medio de zafarrancho

Los últimos días no han sido de mucha paz para Myrka Dellanos, ya que la presentadora de La Mesa Caliente se vio inmiscuida en la polémica por las declaraciones que hizo sobre la batalla que sostienen Luis Miguel y Aracely Arámbula por la manutención de Daniel y Miguel, los hijos que tienen en común.

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Esos comentarios y las críticas que recibió en las redes sociales, habrán sido, acaso, ¿las causantes de la drástica decisión que tomó y que dejó a todos sorprendidos? Pero además de eso, ahora la presentadora fue acorralada por la prensa mexicana a su llegada al aeropuerto de la Ciudad de México, donde se armó tremendo zafarrancho.

El escándalo no se hizo esperar.

En cuanto Myrka y su compañeras de programa llegaron a la terminal aérea, los reporteros abordaron a cada una de las conductoras, pero el caos imperó y se desató tremendo escándalo, en el que hubo caídas, empujones y de todo. Pero muchos creyeron que Dellanos no tuvo la mejor actitud.

Los cuestionamientos fueron directos.

Todos y cada uno de los integrantes de la prensa mexicana se abalanzaron sobre Myrka, quien si bien es cierto se detuvo por momentos, evitó los cuestionamientos directos sobre su polémica con Aracely Arámbula, así que la periodista solo se limitaba a responder que ella venía a grabar su programa a México.

Accidentes y un verdadero caos.

En medio de todo este borbote, las presentadoras de La Mesa Caliente sufrieron para llegar a los autos que ya la esperaban, incluso se dice que Giselle Blondet recibió un golpe mientras escapaba de la escena y Myrka llegó a caerse al suelo en un momento dado ante el desorden que se vivía.

La negativa de Myrka desató el enojo de los reporteros.

Y aunque en varias ocasiones Dellanos se detuvo casi de manera obligada para explicar su negativa al hablar del controversial tema tras salir a defender a Luis Miguel, la conductora nunca respondió a las preguntas sobre este escándalo, pues trató de mantener la calma pese a los ataques de la prensa. Sin embargo, eso no evitó que se sintiera un ambiente de tensión que puso en peligro a todos.