La cubana Aylín Mujica, quien es la más reciente líder de La casa de los famosos, abrió su corazón en el gustado y polémico reality show de Telemundo en el marco de la dinámica ‘la curva de la vida’, donde mostró su lado más humano, pero también el más vulnerable.
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A pesar de que prefiere solo recordar los momentos más felices de su vida, la talentosa actriz no pudo evitar traer a la mesa los durísimos momentos que vivió a su llegada a México, así como las complicadas, y hasta tóxicas, relaciones sentimentales que llegó a tener en el pasado y que le dejaron un gran hueco en su corazón.
De algunas de esas relaciones nacieron Mauro Menéndez, Alejandro Gavira y Violeta Valenzuela, sus tres hijos y grandes amores, a quienes defiende a capa y espada de todo y de todos. Es por ellos que hoy en día es lo que es. ¿Quieres conocer más de esta bailarina de ballet que llegó a México hace varias décadas sin un peso, pero llena de ilusiones y con muchísima hambre de triunfar? Sigue leyendo.
Le cuesta trabajo abrirse.
La nacida en La Habana, Cuba, el 24 de noviembre de 1974, no es amante de recordar los momentos más duros de su vida y así lo dejó demostrado con la actitud que adoptó durante su turno en 'la curva de la vida', una dinámica de La casa de los famosos que tiene como objetivo mostrar la otra cara de las celebridades que forman parte del reality show de Telemundo.
A pesar de mostrarse renuente a abrirse frente a las cámaras, la reconocida actriz no pudo evitar derramar una que otra lágrima antes de volverse a proteger en su caparazón. “No quiero recordar eso, la verdad”, fue como puso freno a uno de sus momentos más vulnerables dentro de la dinámica encabezada por Héctor Sandarti.
Se casó a los 18 años y lo hizo muy enamorada.
La actriz se casó por primera vez cuando tenía tan solo 18 años y lo hizo con Osamu Menéndez, el padre de Mauro, su hijo mayor, de quien estuvo profundamente enamorada.
“Salgo embarazada y fue lo más maravilloso que me ha pasado en mi vida. Nace mi hijo y fue algo así como que wow. La familia que siempre soñé, el matrimonio perfecto, pero me viene una propuesta de trabajo a México, entonces me voy a México”, narra la actriz sobre la oportunidad laboral que la llevó a alejarse de su entonces pareja y su hijo.
Pasó por momentos muy duros a su llegada a México.
Aunque hoy goza de la fama y el reconocimiento, los primeros meses de Aylín Mujica en México estuvieron lejos de ser placenteros, al haber pasado por varias carencias y limitaciones, pero logró sobreponerse y nunca se rindió.
“Pasé mucha hambre. No tenía dinero. No tenía ni teléfono para llamar a mi familia”, señaló la actriz, mientras se secaba las lágrimas que comenzaban a recorrer sus mejillas.
Lamenta no haber cuidado de su segundo matrimonio.
Tras su primer matrimonio, el cual no la llevó a buen puerto tras una supuesta infidelidad de él, unió su vida a la de Alejandro Gavira, con quien estuvo casada entre 1998 y 2008, lapso en el que tuvieron Alejandro, el segundo hijo para ella.
De esta relación, ella se culpa totalmente de su fracaso y así lo hizo saber visiblemente conmovida: “Yo soñaba con una casa con jardín, con perros, con hijos saltando y poniendo la cabeza al hombro de mi esposo y lo tuve. Tuve todo, todo lo tuve. No cuidé un matrimonio, no cuidé algo que era como sólido, digo yo”, contó la protagonista de Secretos de villanas.
Se enfrascó en una relación tóxica y se sintió utilizada.
Tras separarse de Alejandro Gavira, Aylín se casó con Gabriel Valenzuela, con quien tuvo a Violeta, su hija menor. Él llegó en su vida en su momento más vulnerable por lo que, admite, permitió varias situaciones que le terminarían haciendo mucho daño.
“Empiezo una nueva vida en Miami. Conozco a una persona que se me acercó, yo estaba vulnerable. Fue una relación muy tormentosa, muy tóxica. Pasaron cosas bastante desagradables. En cuanto le llegó la residencia, voló”, recordó Aylín.
Sueña ser tan fuerte como su hija menor.
A pesar de todo el daño que le hizo, al sentirse utilizada, Aylín se siente profundamente agradecida con él porque de ahí nació Violeta, su hija, a quien dice admirar por su gran temple y su fuerte carácter.
"Una de las cosas por las que entré a esta casa fue porque no quiero estar llorando todo el tiempo que me sienta triste. Yo sé que es muy bueno, pero he sido muy llorona durante toda mi vida, entonces quiero crecer y tener más fortaleza. Quiero ser como Violeta, mi hija, que es muy fuerte”, reconoció la querida celebridad.
Vivió momentos de vulnerabilidad tras confundirse con Arturo Carmona.
A pesar de que ha tratado de mantener el sentimentalismo a un lado, Aylín Mujica no pudo evitar sentirse confundida tras el beso que se dio con Arturo Carmona en los primeros días del show, sin embargo, se alejó de ahí antes de volver a salir lastimada.
"Cuando llegué hubo un acercamiento entre Arturo y yo lo malentendí, yo entendí mal las señales. Él era como muy detallista conmigo y era muy lindo. Lo único que le pido al Universo es que me dé sabiduría para ser inteligente y no volver a entregarme como boba”, se dijo preocupada la actriz de Juego de mentiras en uno de sus momentos más vulnerables dentro de la casa. Hoy ya dio vuelta a la página y busca darse una oportunidad con Rey Grupero. ¿Qué les pareció conocer más de cerca el lado más humano de Aylín Mujica?
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