Nunca me cansaré de ponderar a mi mamá, quien siempre me advertía que cuando se trata de los hijos ningún cuidado es extremo y que al menos cuando todavía son pequeños no puede uno quitarles el ojo de encima. Imagínate lo que le pasó a este bebecito de apenas 16 meses: su mamá lo dejó un momento en la cocina y se tragó no uno, no dos, no tres, sino 42 imanes que estaban en la puerta del refrigerador.
Apenas unos minutos a solas y mira lo que ocurrió. Cuando la mamá se dio cuenta de que no estaban los imanes, corrió a llevarlo al médico y cuando le hicieron una radiografía confirmaron su sospecha: la criatura se los había tragado y tuvo que ser llevado al hospital para una cirugía de emergencia.
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No me imagino el susto. Este incidente ocurrió en Rusia, pero puede pasar, Dios no lo permita, en la cocina de cualquiera de nosotras, así que hay que estar a alertas porque como dice mi mamá en un abrir y cerrar de ojos puede ocurrir cualquier cosa.
Por fortuna este pequeño explorador, que seguro quería descubrir con su boquita de que se trataban estas peloticas redondas y brillantes, está sano y salvo y recuperándose satisfactoriamente después de la operación.
El doctor que lo operó dijo que ha sacado toda clase de pequeños objetos de las pancitas de los niños que se los tragan como si de caramelos se tratara. Incluso dijo que no es la primera vez que encuentra magnetos y que una vez extrajo 20 piezas imantadas del estómago de un niñito, pero el que nos ocupa hoy batió todos los récords con 42 imanes
¡Susto!
Imagen vía Flickr/ psd
