No hay nada más chistoso que escuchar a un niño chiquito tratar de decir una mentira cuando la verdad es complemente obvia. Ya sé que le debemos enseñar a nuestros hijos a no mentir, pero hay mentiritas piadosas que no hacen daño a nadie y que simplemente son chistosas. Esa es la historia de John Boarman, un niñito de 4 años que le jura y le perjura a su mamá que no se comió unas chispitas (sprinkes) rojas–de esas que usan para decorar galletas o pastelitos–a pesar de que tiene toda la parte al rededor de su boquita cubierta de ellas.
A la mamá le pareció tan curioso que decidió tomarle un vídeo con su celular y compartirlo con su familia en Facebook. Y es que realmente es comiquísimo como el pequeño John niega haberse comido las chispitas una y otra vez.
John no acepta la verdad ni siquiera cuando su mamá le pregunta por qué la botella de las chispitas está casi vacía. Sin titubear el niño le contesta que no está vacía. Y cuando finalmente su mamá le dice que tiene chispitas por toda su carita, la expresión de John es inconfundible: ¡me pillaste!
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¡Cuántas veces no habré visto la misma expresión en la cara de mis hijos! Este vídeo me recuerda que tengo que grabar más episodios como este con mis propios hijos porque el tiempo se pasa volando y las ocurrencias que tienen los niños de 3 años no son las mismas que las de los de 6 años.
Estoy segura que el pequeño John se reirá a carcajadas de este vídeo cuando sea más grande. Y vamos a ver si aprende su lección y la próxima vez se asegura de limpiarse la cara antes de comerse las chispitas y mentirle a su mamá.
Embedded content: http://youtu.be/o9Y69p1Lx48
Imagen vía YouTube