Lo primero que se me vino a la mente cuando oí esta historia fue el refrán de que "no hay mal que por bien no venga". Se me ponen los pelos de punta: un hombre se afeitó la cabeza en solidaridad con su mujer, que se sometía a tratamientos de quimioterapia y descubrió un agresivo cáncer que podía haberlo matado.
Impresionante ¿no? Dolly y Bud Stringer son de esas parejas que hacen todo juntos, incluyendo luchar contra el cáncer. A las dos semanas de quimioterapia contra un cáncer de seno, ella decidó afeitarse la cabeza para perder todo el cabello de una vez.
Para apoyarla, el marido hizo lo mismo y descubrió que bajo su cabellera tenía una mancha negra que pensó que era una mancha de nacimiento. Así se lo comentó a su mamá, quien de inmediato lo sacó de su error.
Corriendo la pareja, residente en el estado de Georgia, fue al médico y descubrió que Bud tenía un agresivo melanoma que era mucho más mortal que el cáncer de su mujer. Tanto así que los médicos le dijeron que de no haberlo descubierto en ese momento, probablemente no habría llegado vivo a Navidad.
Bud está ahora en pleno tratamiento. Esta semana comienza lo que será un duro año recibiendo fuerte quimioterapia. Dolly ya terminó sus rondas.
La familia es optimista pues ese descubrimiento fortuito del cáncer de piel del papá les hace sentirse protegidos por una fuerza mayor. "Va estar todo bien porque Dios está de nuestra parte", dijo el menor de los dos hijos de la pareja. Esperamos que sí y les deseamos lo mejor.
Imagen vía Family Handout