Cada día, ocho niñas quedan embarazadas en una de nuestras ciudades

Solo el año pasado se registraron 2.986 casos de niñas en estado de gestación en el departamento colombiano de Cundinamarca, ubicado en el centro de ese país suramericano, donde se encuentra su capital, Bogotá.

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Linda Katherine no ha salido del colegio, tiene 16 años y está a punto de dar a luz a su primer hijo. Mirando su abdomen pronunciado por las 33 semanas de gestación, admite que no quería ser madre tan joven, pues vio cómo la vida de su hermana, de 18 años, le cambió al quedar embarazada de dos pequeños.

"No sé cómo voy a mantener a mi bebé todavía; plata no hay. Yo quedé en séptimo grado y tengo que terminar de estudiar, pero sé que donde comen seis, comen siete, así nos toque comer más poquito", dice Linda, con los ojos vidriosos.

Como ella, 2.985 niñas más, entre los 10 y los 17 años, quedaron embarazadas en Cundinamarca el año pasado.

La mayoría pertenece a familias de escasos recursos y actualmente desconocen con qué van a sostener al hijo que esperan.

"Tengo que buscar trabajo porque mi hija, Ximena, nace el 13 de febrero. Además, necesito alguien que la cuide", asegura Karen, de 17 años.

Las principales razones que expertos atribuyen al embarazo adolescente es la carencia de orientación familiar e información en los colegios, y las ideas que abrigan de formar el hogar que no tuvieron. Esto, en los casos de las niñas que lo hacen conscientemente.

"Tenía ganas de tener un hijo con mi marido. Llevamos año y medio, y ya estamos viviendo", contó Nicole, con cinco meses de gestación y una pareja que tiene 22 años.

Conseguir estabilidad económica y emocional también prima. Reconstruir el ambiente familiar o irse a vivir con personas mayores para recibir ayuda económica son otras de las razones para pensar en ser madres.

Las autoridades departamentales y municipales están en alerta porque, en promedio, ocho niñas resultan embarazadas diariamente en Cundinamarca.

Si esto fuera poca complicación, está también el hecho de que las niñas-madres terminan siendo cabezas de familia en el 70 por ciento de los casos, pues sus parejas deciden rehacer su vida en otro lado.

María, empleada doméstica, no sabía que su hija, de 12 años, estaba teniendo relaciones sexuales. Cuando notó su aspecto cambiado, descubrió que estaba embarazada.

"Yo le daba lo que podía para que ella no se metiera en problemas y terminó embarazada. Para mi esposo y para mí fue muy doloroso. Solo trabajábamos por sacarla adelante y ella dañó su vida, su juventud", sollozó María.

Marina, por su parte, recordó que su hijo tuvo que dejar de estudiar para trabajar y ganar dinero con el cual sostener a sus tres hijos de 1, 3 y 5 años. "Trabaja de sol a sol para darles lo mejor, pero a veces la plata no le alcanza. Aunque adoro a mis nietos, siento que fue muy temprano para tenerlos. Los sueños se le truncaron", dijo Marina.

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