No era que a Yogi Omar, de 30 años, le sobraba el dinero. Más bien andaba corto de efectivo. Pero conmovido por la imagen de un mendigo que pedía dinero en una céntrica y helada esquina de Vancouver, Canadá, se ofreció a comprarle comida. Y como acciones hacen corazones, no te imaginas la tremenda sorpresa que se llevó Yogi.
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El desamparado, que vivía y dormía en la transitada esquina, le dio las gracias y le dijo que él no era un mendigo y que por tanto no hacía falta que le buscara comida En su lugar, el hombre le preguntó a Yogi qué podía hacer por él.
Resultó ser que el falso mendigo, es un hombre rico que tiene por tradición, justo la semana antes de Navidad, hacer actos nobles y ayudar a quien menos se lo espera. Vestido como mendigo, este año el propuso ver cómo reaccionaba la gente frente a los desamparados.
Fue entonces cuando Yogi le dijo al hombre que andaba corto de dinero porque había comprado un boleto para viajar a China a visitar a su padre quien tiene cáncer terminal. Yogi no quiso aceptar ayuda para el boleto, pero sí aceptó que el hombre le diera el dinero para pagar la renta de su casa del mes de enero. Y fue cuando el hombre sacó de un bolso 469 dólares en efectivo y se los dio al buen samaritano.
En medio de su estupor, Yogi le preguntó al hombre por su nombre y este le dijo que en su familia hacían estas cosas con la condición de permanecer en el anonimato. Y cuando cuenta la historia todavía le parece que es como si fuera un sueño.
Confieso que esta historia me conmovió y en víspera de la Navidad me devuelve la esperanza en los hombres de buena voluntad.
Imagen vía Facebook