Cada vez que pienso en el laurel me imagino al emperador romano Julio César con su corona de laureles dando órdenes. Siempre pensé que habían escogido las hojas de esa planta para hacérsela porque eran lindas, pero después de que me metí en eso de la medicina natural, me di cuenta de que el laurel es una de las matas medicinales menos reconocidas. La usamos con frecuencia en la cocina, pero pocos saben que sus propiedades el podrían merecer el adjetivo de mágica. Es que es increíble todas las cosas que se pueden hacer con ella.
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Su poderes medicinales y para la belleza son múltiples, pero para mí no hay talento más importante que su capacidad de espantar a las cucarachas y otros rastreros. ¡Amiga, como odian el olor del laurel! Si te visitan de vez en cuando esos insectos detestables (yo sé que son casi inteligentes, sociales y demás, pero igual dan asco), no vayas a envenenarte y envenenar a tu familia con insecticidas. Prueba primero con colocar unas hojitas de laurel por donde suelen estar. Te juro que es como criptonita. Las odian.
Para que no anden por ahí hojitas dando vueltas, las puedes poner en un envase plástico con huequitos. No es tan eficiente, por lo que te recomiendo poner bastantes. Para las arañas, puedes poner ramitas de laurel y lavanda por donde suelen estar. Una protección extra es comprar una planta y ponerla a la entrada de tu casa o cerca de una ventana. Son hermosos arbustos que necesitan sol.
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Si tus plantas están sufriendo la invasión de hongos o insectos, una forma de luchar contra ellos de forma natural es creando un aceite insecticida, con laurel, cebolla y aceite de oliva. Cubre la parte de la planta afectada con ellas. El olor es prácticamente imperceptible para nosotros, pero a esos animalitos y bacterias no les gusta para nada esa combinación.
Pero como si eso fuera poco, el laurel también ayuda con nuestros malestares menstruales e indigestiones. Si te sientes mal por estas causas, haz un té o un mate con sus hojas. Te garantizo que funciona.
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