Ya lo sé. Estoy estresada. Cada vez que digo "voy a escribir sobre el estrés y cómo combatirlo", tengo una razón que lo justifique. Y sí, estoy estresada, pero no me pienso dejar vencer por el estrés. Más bien he decidido combatirlo y además compartir contigo lo que estoy haciendo para derrotarlo. Sigue leyendo que te traigo un coctel de cinco ingredientes a los que todas podemos echar para no agobiarnos con los avatares de la vida diaria.
Lee más en ¿Qué más? Diez pasos infalibles para acabar con el estrés y ser feliz
Medita. Como siempre he sido hiperactiva, nunca había entendido mucho eso de sentarse o acostarse sin hacer nada o a pensar en la inmortalidad del cangrejo. Pero resulta que hace falta poner la mente en blanco. Dejarse llevar. Visualizarte haciendo algo placentero, que te guste. Visualizarte llena de luz, elevada. No te imaginas la paz que logras y además te estarás regalando unos minutos al día para estar contigo misma.
Reza. Ni me la paso en misa ni vivo dándome golpes de pecho. Pero creo en el poder infinito de la oración, entre otras cosas porque tengo la certeza de que toda oración es escuchada. Ahorita estoy pasando por una situación personal muy difícil. Así que en mis oraciones le pido a Dios que me quite este peso de encima y que lo que ocurra sea para el bien de mi familia y se que así será.
Ríete. La risa lo cura todo. Si sientes que no tienes razones para reír, busca en YouTube esos videos cómicos que sacan lágrimas pero de la risa. Yo gracias a Dios tengo un hijo de 11 años que es un payaso y si me ve decaída me viene con unas cosas que siempre hacen reír y se lo agradezco. De verdad la risa es el mejor remedio para el alma y un anti estrés sumamente efectivo.
Consiéntete. No se trata de que vayas al mall y te gastes una fortuna, mira que luego tendrás el estrés de pagar las cuentas. Se trata de cosas más sencillas como ponerte los audífonos y escuchar la música que te gusta y te relaja. O darte un baño de tina con sales perfumadas. O de rentar y disfrutar de una película en la tranquilidad de tu alcoba, de esas que te animan y te levantan el espíritu. O sencillamente de encender una velita aromática en tu habitación.
Cuenta tus bendiciones. Ya lo sé, el estrés y la angustia no te dejan ver el bosque. Estás atascada en la rama del árbol que es como una piedra en el zapato que no te deja dormir bien y te mantiene acelerada y con el seño fruncido. Piensa en las cosas buenas. Cuenta tus bendiciones. Tu y tus hijos están sanos. Tienes trabajo. Ahora en diciembre verás a tu familia. Sé positiva y mira la vida con optimismo. Recuerda que hay muchos que están peor que tú.
Imagen vía Thinkstock