Todas queremos tener una piel bonita, tersa, sin manchas y libre de arrugas, como dirían las mamás anteriormente, una piel de porcelana. Algunas afortunadas nacen con la piel así por lo que no necesitan mayores cuidados, mientras que otras tienen una piel sensible y muy susceptible. Pero independientemente de si tienes buena piel o no, es importante que la cuides como tu gran tesoro, porque además es la piel es el órgano mas grande de nuestro cuerpo. No te imaginas lo fácil que puede llegar a ser el cuidado de tu piel siguiendo estos simples consejos.
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Humectantes naturales. Uno de los mejores aliados para el cuidado de la piel es la leche porque tiene propiedades que producen colágeno, que reafirman la piel y la hacen más flexible. La lactosa suaviza e hidrata la piel, la legendaria Cleopatra parecía saberlo muy bien, ella mantenía una piel espectacular a punta de baños de leche. Si te lavas la cara con leche por la mañana y en la noche notarás los cambios en tu piel rápidamente e incluso dejarás de usar muchas cremas costosas.
Elimina el acné y las manchas en la piel. Para esto, la cebolla es la mejor solución. Primero tienes que preparar un jugo con las cebollas luego de haber sido refrigeradas para que no te cause lágrimas, luego las pelas y las cortas en varios pedazos y los licúas. Una vez que obtengas el jugo lo aplicas en la piel con un algodón y lo dejas durante 15 minutos. Cuando te laves la cara utiliza siempre agua tibia, el agua muy fría o muy caliente podrían romperte los capilares de la cara.
Adiós patas de gallo. Para disminuir las famosas "patas de gallo" puedes preparar una pastita de migas de pan, leche y aceite de almendras dulces. Luego elabora unas compresas envueltas en gasas y aplícalas durante 15 minutos en las arruguitas.
Prevén las arrugas. El aceite de oliva extra virgen prensado en frío te ayuda a prevenir las arrugas. Cuando tengas el cutis limpio, lo que haces es hacer movimientos circulares en todo el rostro suavemente. Puedes dejártelo solo que debes de poner una toalla o algo que proteja tu almohada para que no se te manche.
No más ojos hinchados. Si te despertaste con los ojos hinchados puedes ponerte compresas frías y reducir el consumo de sal en tus comidas para no retener líquido. Consumir mucha agua diariamente te ayudará a mantener tu piel hidratada y humectada. Sólo es cuestión de abrir el refrigerador, ver lo que tienes y dedicar unos minutos al cuidado de tu piel.
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