Ya sabemos que puede subir la presión, activar el reflujo estomacal y que te puede robar el sueno… Pero ahora hablemos de tres beneficios de esta aromática bebida…
¿Sabías que reduce la depresión? Según los hallazgos de un investigador de la Universidad de Harvard, quien estudió el comportamiento de más de 50 mil mujeres norteamericanas y sus hábitos de conducta después de consumir café, esta bebida ¡les mejoraba el estado de ánimo!
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De acuerdo con un estudio de la American Diabetes Association, el café reduce los niveles de péptido C, una sustancia en la sangre relacionada con el riesgo contraer la diabetes. Por eso, dijeron estos eruditos, quienes lo consumen regularmente tienen menos probabilidades de desarrollar diabetes tipo II.
Además, los consumidores de café están menos propensos a síntomas de asma que los de no bebedores, tal y como cita un investigador de Harvard que analizó a 20 mil personas.
Es bueno para el hígado. Un estudio de la Clínica Mayo asegura que la cafeína ayuda al hígado a regularse a sí mismo. Mientras que otros expertos han dicho que sus consumidores tienen un 20% menos probabilidades de desarrollar cirrosis hepática.
Dicen que el café también reduce el riesgo de la enfermedad de Parkinson, de cálculos en el riñón y ataques al corazón. ¡Y eso sin tomar en cuenta sus beneficios sociales! En mi familia, al menos, pocos secretos se han resistido a quedar ocultos frente al calor y aroma de una buena taza de café. Su poder de comunicación es tan grande, ¡que aviva las conversaciones hasta en los funerales!
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