Siempre fui una niña más del tipo "daddy's girl", y hasta hace poco un americano se burló de mí porque decía que las mujeres latinas usualmente no son tan cercanas con sus hijas, y son MUY cercanas con sus hombrecitos.
Confieso que siempre supe del favoritismo latino de las madres por los hijos varones, pero después de muchos años comencé a acercarme a mi mamá. Sobre todo cuando me quedó sólo ella.
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Mi mamá y yo somos de planetas distintos. Es algo así como si ella respirara oxígeno y yo nitrógeno. Admito que he pasado un 75 por ciento de mi vida culpándola de toda aquella desgracia en mi vida con mi terapeuta. Pero tal vez no lleve ella toda la culpa.
Si algo puedo revelar con franqueza, es que después de 28 años de tenerla, de odiarla y de pensar que pertenecemos a distintos universos, hace poco me di cuenta de que ella no ha tirado la toalla y aún visita mi planeta.
Confieso que aunque a veces no la entienda, me he dado cuenta de los siguientes hechos irrefutables en cualquier cosmos:
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Mi madre vivió en un mundo distinto al mío, fue criada por la monarca de mi abuela, y sobrevivió para darme el mejor e irrepetible regalo de la vida.
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Mi mamá ha vivido con gracia y coraje todos los duros obstáculos que le puso la vida, y nos educó a mi hermano y a mí, para superar los nuestros con el mismo temple.
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Mi mamá me enseñó a llorar cuando yo no podía, y a limpiarme las lágrimas para seguir adelante.
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Mi mamá se ríe de todas las burlas y bromas que sus terribles y disfuncionales hijos le hacen a sus expensas.
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Mi mamá nos mostró que el amor después de la muerte existe, y nos dio el mejor ejemplo de cariño cuando mi papá murió.
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Mi mamá después de todas las terribles pruebas que enfrenta una mujer, sigue adelante e intenta dar una sonrisa hasta al cartero.
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Mi pobre madre atravesó por mi pubertad. Sólo por eso, San Pedro le abrirá las puertas del cielo personalmente.
Y tal vez lo más importante es que aunque tal vez nunca vivamos en el mismo planeta, hoy entiendo que tal vez eso no es malo. Ella me ayudó a construir el mío, y orbita muy de cerca para asegurarse de que yo no acabe pérdida en una galaxia extraña y fría.
Gracias mamá.
Imágenes vía Mariana Peña Cater