No hay caso que las diferencias entre una mamá con su primer hijo y una con su segundo hijo son abismales. Desde el cuidado casi enfermizo que tenemos con nuestro primer recién nacido hasta la cantidad de fotos que le tomamos de cada y uno de sus movimientos por más insignificantes que a otros les parezcan, lo cierto es que la falta de experiencia nos hace ver las cosas con ojos muy distintos.
De hecho, según una reciente encuesta, una de cada cinco mamás admite gastar menos en su segundo bebé, mientras que una de cada tres dice no tener ningún problema con comprar pañales y toallitas de marca genérica.
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Y aunque algunos podrían pensar que esto pasa porque quieren menos a su segundo hijo o porque no les preocupa su bienestar, la realidad es que con la experiencia viene el entendimiento de que un bebé necesita muy pocas cosas para ser feliz. Es por eso que no me sorprende que la encuesta también haya descubierto que casi el 80 por ciento de las madres admitieron que compraron un montón de productos innecesarios para sus primeros hijos.
No me sorprende porque yo fui una de ellas. ¡Y eso que me traté de controlar! Pero era imposible saber qué iba a necesitar y que no iba a necesitar mi hija cuando recién nació ya que yo realmente no tenía la menor idea de lo que estaba haciendo. Muchas amigas me trataron de aconsejar, pero nadie experimenta en cabeza ajena.
Justamente el otro día le comentaba a un amigo papá de tres niños que cuando nació mi hija Vanessa yo siempre andaba con una pañalera (diaper bag) llena de todo tipo de cosas que podría necesitar mi bebé y que pesaba una tonelada. ¡Cómo la odiaba! Con Santiago, alguien me regaló una vaina que se doblaba en tres partes y cuando la abrías servía para cambiar al bebé en cualquier lado con un compartimento para unos cuantos pañales y una cuantas toallitas. Mi hijo no usaba chupón y le di pecho hasta que cumplió un año, así que no necesitaba nada más.
Así que aunque se les trata muy diferente, los segundos hijos tienen la suerte de tener madres mucho más experimentadas.
Imagen vía Squiggle/flickr