Cuando un bebé está listo para nacer, no le importa en lo más mínimo que una de las peores tormentas de nieve haya dejado el carro de sus papás enterrado bajo tres pies de nieve y que las calles de su futuro vecindario estén intransitables. Si no me crees, pregúntaselo a Lauri Wood, una mujer embarazada cuyo trabajo de parto comenzó el domingo después de que la tormenta de nieve Nemo azotara el noreste del país.
Por suerte, al esposo de Lauri, James, y a sus vecinos se les prendió el bombillo y decidieron convertir un portaequipajes, de esos que se usan encima de los carros, en un trineo para transportar a Lauri hasta la calle transitable más cercana.
El vídeo en el que se ve a cinco hombres jalando el trineo improvisado con la mujer a punto de dar a luz, es bastante cómico–pero estoy segura que debe haber sido angustiante para Lauri. De hecho, Lauri dice que cuando su esposo le contó su idea, ella se encerró en el baño diciendo que no lo iba a hacer porque era totalmente ridículo.
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Pero como Lauri ya había dado a luz cuatro veces, me imagino que se dio cuenta que no había tiempo que perder. Los hombres se tardaron 40 minutos en jalar a Laurie un cuarto de milla hasta una calle transitable donde los esperaba un carro que los llevó directo al hospital.
Su primer varoncito nació una hora después de que llegaron y gracias a Dios tanto madre como hijo están bien. Y ahora la familia Wood tendrá una excelente historia que contarle al pequeño Jimmy cuando esté más grande acerca de cómo la necesidad te obliga a hacer cosas que bajo circunstancias normales no se te ocurriría hacer.
Imagen vía NBC Connecticut
