¿Compartirías tu dormitorio universitario con un niño de 4 años?

Créeme que cuando digo que sé los avatares por los que pasamos las mamás solteras para sacar adelante a nuestros hijos, lo digo con conocimiento de causa. Y no porque ahorita esté criando a mis dos hijos varones sola, sino porque los tuve soltera. Pero cuando me enteré de que en la Universidad de Nueva York (NYU), a una estudiante soltera y sin compromiso, le dijeron que este semestre tendría que compartir su dormitorio con otra estudiante mamá y su hijo de 4 años, me pareció lo más descabellado del planeta.

Una cosa es que una sea mamá soltera (como al parecer lo es la estudiante con el hijito), y que los hijos no sean obstáculo para nuestro progreso, que podamos seguir estudiando y trabajando, y otra endosarle las consecuencias de nuestras decisiones a un tercero.

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Casualmente, yo también estudié y viví en el campus de NYU y créeme que es duro: la cantidad de horas que tienes que dedicarle a los estudios, las lecturas, la biblioteca, los trasnochos (y no precisamente por andar de fiesta), la competencia, los exámenes, casi es una pena tener que estudiar en una ciudad tan fascinante como la Gran Manzana, donde hay tanto que ver y hacer, y sobre todo en el Village, donde está el campus, que es una zona que nunca duerme.

Por eso no me imagino como será tener que vivir todo eso, con un niño de cuatro años corriendo de un lado a otro, jugando, llorando, cayéndose. No es que no tenga corazón con el pecho, es que son dos situaciones como el aceite y el vinagre, que no se pueden o no se deben mezclar.

Lo que más me sorprende es que sea precisamente una universidad de los quilates de NYU donde prácticamente hayan dejado a una estudiante soltera y sin compromiso ni hijos, sin otra opción que la de compartir su dormitorio con otra que vive son su hijito de cuatro años.

Señores, un año de estudios en NYU cuesta casi 59 mil dólares y el dormitorio al que me refiero cuesta más de 8 mil dólares por semestre. Lo mínimo que uno como estudiante merece por ese precio, es paz y tranquilidad para poder estudiar.

Dicho esto, te cuento que el asunto se resolvió satisfactoriamente para todas las partes. NYU reubicó a la estudiante con su hijito, en un dormitorio privado. Ni que decir que admiro muchísimo a esa mamá que no ha dejado que la maternidad la detenga en su empeño de completar su formación académica.

Imagen vía Thinkstock