Comparte
Porque al igual que tú, cuando llega diciembre estoy agotada y lo que quiero es salir corriendo, pero resulta que todavía me falta la Navidad y el Año Nuevo, una que otra compra, el maratón culinario de esta temporada, y los amigos y la familia que por esta época nos visitan, con los años he logrado poner en práctica una serie de técnicas para sobrevivir el agite del último mes del año y llegar viva, contenta y con alegría al mes de enero.
Para que tú también los apliques, comparto contigo estos consejitos que, he comprobado, funcionan ¡cuando lo que me provoca es que nadie me llame mamá!
- Trata de acostarte siempre a la misma hora, e incluso haz el esfuerzo por irte a la cama media hora e incluso hasta una hora antes. Tu cuerpo necesita dormir entre 6 y 9 horas diarias para poder funcionar. No te robes el sueño a ti misma porque luego nadie te lo repondrá.
- Prográmate para tener más energía. Habla contigo misma y dile a tu cuerpo que vas a vivir una vida menos sedentaria, que te vas a mover más, que vas a caminar por lo menos media hora diaria. Yo así esté agotada trato de caminar diariamente y cuando lo hago tengo más energía que cuando me quedó sin hacer nada. La mejor fuente de bienestar y anti estrés son las endorfinas que se producen precisamente cuando nos ejercitamos.
- Haz ejercicios de estiramiento. No sabes como ayudan. Si tienes un trabajo sedentario como el mío que me paso horas de horas frente a una computadora, haz un alto, estira los brazos, párate, flexiona las rodillas, dile a tu cuerpo que estas viva.
- Toma agua y trata de mantenerte siempre hidratada. Cuando consumas ocho vasos de agua diarios notarás, inmediatamente, como empiezas a sentirte mejor. Yo siempre llevo una botella de agua en el bolso y tengo otra en el cargo, y trato de tomarme un vaso de agua inmediatamente después del cafecito mañanero. Además siempre tengo un vaso de agua en mi escritorio. El agua es vida.
- Trata de comer menos azúcar. Sí: el azúcar no sólo te engorda sino que además termina cansándote. Propone una vida con menos dulce y vivirás una vida con más energía.
- Siempre que puedas toma una siesta. Así sea de 10 minutos. Cuando estoy que no puedo más, nada como cerrar los ojos, sin pensar en nada. Puede que ni siquiera llegue a dormirme, pero después de 15 ó 20 minutos, tengo más energía y puedo pensar y actuar más acertadamente Imagen vía Thinkstock