Siempre he dicho que la mejor parte de tener hermanos es que uno siempre tiene quien lo defienda, quien se preocupe de uno y vele por su bienestar. Y lo mejor es cuando esto pasa cuando los hermanos todavía son niños. Por eso es que me enorgulleció tanto ver la historia de Maleik Carr, un niño de 11 años que puso su vida en riesgo por salvar a su hermanita, Jalia, de tan sólo 5 añitos, cuando unos pit bulls trataron de atacarlos el lunes en Dublin, Georgia. Aunque me da una tristeza horrible ver como terminó herido el pobre Maleik, me parece impresionante lo que hizo para asegurarse de que su hermanita no terminara peor.
Es evidente que sus padres han hecho un buen trabajo criándolo y enseñándole la importancia de proteger a sus hermanos. ¡Qué bueno!
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Según cuenta Maleik, el ataque sucedió cuando iban camino a la escuela y pasaron por la casa del vecino, que tiene dos perros pit bulls encerrados con una reja. Pero, al parecer, la reja tenía un hueco grande y al verlos pasar, los perros se escaparon y comenzaron a atacar a Jalia. Maleik reaccionó de inmediato pateando a los perros para que se alejaran de su hermana, lo que causó que le mordieran las piernas y las manos. Finalmente, Maleik usó una silla de niños para pegarle a los animales y logró saltar otra reja que lo mantuvo a salvo y alejado de los feroces perros.
Maleik sufrió 18 mordeduras en una pierna, 5 en la otra, 3 más en una mano y una en la otra. ¡Pobre criatura! La verdad es que no me puedo ni imaginar el miedo y el dolor que debe haber sentido mientras que era atacado por los perros. Por otro lado, me imagino que éste incidente unirá a Maleik y su hermanita Jalia más que nunca y que les servirá a ambos para recordarles la importancia de ser hermanos.
Imagen vía Tobyotter/flickr
