Si bien no es raro, que una niña de 13 años, se sienta realmente convencida de que encontró al amor de su vida (ya que alrededor de los 13, inicia "la edad de la punzada" como le llaman algunos, a la etapa en la que las hormonas se vuelven locas) creo que Elizabeth Annette Robinson se "voló la barda", con lo que, seguramente, pensó, sería una de las hazañas más románticas de su vida. Y es que, con la idea de pasar de una relación virtual a una real, esta niña, tomó sin permiso el automóvil de su hermano, se subió al auto y se dispuso a conducir cerca de 800 millas (1, 200 km) con la intención de conocer al joven que le había robado el corazón.
Según un informe del Huffington Post, la menor originaria de Cypress, Texas, estaba dispuesta a tomar el riesgo de conducir hasta Nashville, Tennessee, para conocer en persona a Dylan, un chico de 12 años, a quien conoció mientras jugaba Xbox por Internet. Así, el jueves pasado, tomó la tarjeta de débito de su mamá, escapó por la ventana de su habitación y se metió en el automóvil, Nissan Versa 2011, de su hermano.
Sin duda, lo que sorprende de esta historia –además de la increíble hazaña de la niña—es que la menor haya podido conducir unas 50 millas (90 kilómetros aprox.) desde que salió de Nashville, sin que la policía local la detuviera ¿Qué nadie se habrá percatado, de que era una niña, la que iba al volante de este vehículo? En fin ¡menos mal que la detuvieron antes de llegar a su destino! Porque, hubiera representado un peligro, para los demás conductores, y probablemente, la niña habría terminado teniendo un accidente.
Pero lo que más me sorprende del caso, fue la reacción de los padres, pues en lugar de que la castigaran (como seguro habría hecho mi mamá conmigo) una vez que las autoridades se comunicaron con ellos, para decirles que tenían a la niña en custodia, ellos llegaron y acordaron organizar una reunión con Dylan, para que su hija pudiera terminar con el asunto. Y la verdad es que creo que hicieron bien, pues estoy segura, de que su hija no hubiera hecho eso, si se hubiera sentido con la confianza de contarle a sus padres, lo que le estaba pasando.
Quizás esta historia, le sirva a muchos papás, para darse cuenta de la importancia que tiene la comunicación con los hijos, pues es mejor hablar con ellos, directamente, sobre lo que los inquieta, en lugar de prohibirles cosas y luego llevarse una sorpresa como ésta ¿no crees?
Imagen via YouTube
MIRA LA HAZAÑA DE LA NIÑA
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