Con tan sólo 6 años, Didier Montalvo, originario de Colombia, conoce muy bien lo que significa la palabra sufrimiento. Y es que desde que nació, el pequeño se enfrentó a un mal genético, que durante mucho tiempo, hizo que su espalda cargara con una especie de caparazón que fue creciendo con los años, al grado de que llegó a pesar 16 libras, como relata un reportaje del programa Primer Impacto. Luz Beltrán, la madre del niño cuenta que, aunque en un principio, siempre tuvo la esperanza de que la malformación desapareciera, un día se dio cuenta, que no podía seguir de brazos cruzados, viendo cómo su hijo seguía sufriendo por tan extraño padecimiento.
Así, fue como Beltrán, se puso en contacto con la Fundación Cardioinfantil de Bogotá, la cual se ofreció a revisar el caso del pequeño y asumir todos los gastos del tratamiento. Y es que, Didier sufría de una condición conocida como 'Melanocytic Nevus'. En otras palabras, lo que el niño cargaba en la espalda, era un lunar gigante, que tenía que ser inmediatamente operado, debido al riesgo de que se convirtiera en un tumor maligno, que pudiera, eventualmente, costarle la vida.
Pero la cirugía también implicaba un gran riesgo para el pequeño, pues durante la intervención, existía el peligro de que se generara una hemorragia masiva. No obstante, la madre de Didir, decidió arriesgarlo todo, con tal de que su hijo, pudiera llevar una vida como la de cualquier otro niño. Afortunadamente, la operación fue todo un éxito y el niño pudo regresar a casa, sin el horrible caparazón, por el que algún día, todos lo habían llamado "El niño tortuga".
Así fue como, tras mucho sufrimiento, la pesadilla de Didir, finalmente terminó, pero su historia nos hace reflexionar, en la necesidad de atender de inmediato a los hijos, cuando los padres perciban que algo no está bien, con el desarrollo físico de los mismos. Y es que, el reporte señala que la familia del niño, pensaba en un principio, que lo que su hijo tenía, se le quitaría con el tiempo ¡Menos mal que no se esperaron a que ese día llegara! Pues de lo contrario, probablemente, el chiquito no estaría aquí para contar su historia ¿no lo crees?
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¿Tú que piensan del caso de este niño? ¿Qué harías si a tu hijo le pasara algo así?
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Imagen vía YouTube
