Jamás debemos contradecir a nuestra pareja frente a nuestros hijos ¡frente a ellos debemos ser uno solo!

Voy a pegar un grito rápido, halarme un poco los pelos y regreso a escribir esta entrada.

(Pausa donde grito ¡ayyyyyyyyyyyyyy! y me halo los pelos)

¿Por qué a veces los maridos nos llevan la contraria frente a los hijos?, ¿por qué siempre los papás se adueñan del papel de good cop ?, ¿por qué los maridos olvidan que si no hay frente común con los hijos, se presta a que estos se vuelvan manipuladores?

Tal vez esto no les pasa a ustedes, pero a mí me pasa de vez en cuando, con todo y que hemos establecido reglas claras, mismas que hoy por la noche pienso recordarle a mi querido esposo. Estoy muy enojada porque a él se le olvido todo, hoy por la mañana. Les cuento la escena:

Juliana: "No es justo. Mi papi siempre me deja comer dos platos de cereal. Además yo no quiero cheerios. Mi papi me compra otros cereales más ricos, tú sólo quieres que yo coma healthy ", todo esto entre llanto y gritos.

Yo: *"*No vamos a desperdiciar el cereal que ya tiene leche, no vamos a comer dos platos porque a las 11:30 comes lunch (sándwich de huevo), así es que deja de llorar por tonterías."

Juliana se va a buscar a su papá y dos minutos después regresa y dice: "mi papá me dejó comer dos platos de cereal y si me acabo éste, puedo comer otro cereal que yo escoja."

Yo: "¡Kikooooooooooooo!" , el resto se lo imaginan.

Los niños son listos – qué bárbaro, qué listos son los niños-. Mi hija no necesita ayuda en la materia de técnicas de persuasión, pues cuando, quiere algún permiso especial, como ponerse un atuendo prohibido (leggings con tank top), dormirse más tarde, ver más tele, o comer más azúcar de lo normal, sabe que si alguien se lo concederá, será su padre.

Es muy lógico que si papá es más benévolo con los permisos, mis hijos acudan más a él cuando está en casa, pues pasa mucho tiempo de viaje. Los hijos estudian muy bien a los papás, y si no hay una coherencia mínima entre los dos criterios y maneras de educar, ellos lo detectan de inmediato y obviamente se aprovechan.

Por eso es de vital importancia que los padres tengan un frente común, yo no paro de decirle a mi esposo, que en el tema de los hijos y su educación, siempre nos sumemos a las decisiones del otro, pues finalmente ambos tenemos el mismo objetivo: educar juntos a unos buenos seres humanos.

Mi pareja y yo somos muy distintos en todo. Quizás por eso nos complementamos mejor. Pero cuando se trata de los hijos, insisto en que tenemos que ponernos de acuerdo.

Estos son mis puntos clave:

a) Ante un desacuerdo claro, no debemos discutir los pros o los contras en frente de los hijos. Nosotros tenemos que tomar la decisión y sacarnos los ojos sin que los niños se enteren, alguno de los dos tendrá que ceder y eso es parte de la vida, a veces yo, a veces él, pero lo importante es llegar con una decisión unánime.

b) Hay que saber ceder en lo pequeño y acepto que eso a mi me cuesta más trabajo. Tengo que restarle importancia a algunas decisiones, si mi hija no quiere comerse la verdura y su papá le dice que se coma 10 bocados, no puedo armar una tragedia griega y decirle que ¿por qué cede con los hijos en el tema de la alimentación?. Por ejemplo, en el tema de los dulces, Kiko dice que creció comiendo dulces y que piensa dejar que sus hijos hagan lo mismo.

c) Hay que hacer unos "dates" fuera de la casa, para hablar de los hijos, de un modo más relajado -el vino ayuda-, pero con papel y pluma, para hacer acuerdos respecto a los temas importantes que están ocurriendo con los hijos y su educación. Hay que hacer un listado, repartir responsabilidad y acordar como afrontar cada cosa.

d) Los hijos deben percibir un apoyo absoluto entre la pareja. Porque si el hijo siente que uno de los dos es su cómplice – a la hora de enfrentarse con el otro- estamos entrando en el juego del hijo. Si en cambio, el hijo se topa con un "muro" de respaldo mutuo, sentirá igual respeto por ambos padres. Por ejemplo, si Juliana le falta al respeto a su papá, yo la regaño como si la falta de respeto me la hubiera hecho a mí. 

e) Es importante no intervenir cuando uno de los dos está regañando o reprimiendo a un hijo por algo. Pues si te metes a "defender" a tu hijito, le restas autoridad al otro. Si no estás de acuerdo con la reacción de tu pareja, primero lo apoyas frente a tu hijo, y después "a solas", le expresas el porqué de tu desacuerdo.

f) Y acuérdate que tú siempre sabes. Esa respuesta a los hijos de: "no sé, pregúntale a tu papá (o mamá según sea el caso)" es pésima.¿Cómo que no sabes? Tienes que saber siempre. Si tienes alguna duda es mejor contestar: "Déjame pensar".

¿Y ustedes cómo acuerdan con sus parejas el tema de la educación de los hijos?, ¿Tienen un frente común?.

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