
Todas sabemos que desafortunadamente los niños no vienen con un manual de instrucciones o que no existe un libro que nos diga exactamente cómo hacer las cosas bien. Como madres hacemos lo mejor que podemos y aprendemos día a día. Tal y como se suele decir en inglés "we learn as we go." Siempre cuidamos a nuestros hijos y nos aseguramos que estén sanos y seguros. Les ensañamos buenos valores y tratamos de que tengan las herramientas necesarias para que sean hombres y mujeres de bien en la sociedad. Sin embargo, debo admitir que jamás pensé que tenía que proteger a mis hijos de las noticias.
Cuando veía noticias en casa no me preocupaba mucho por mis hijos porque "son pequeños y no entienden." Pero ahora que Andrea tiene 6 años la historia es muy diferente. Como es de esperarse todo lo escucha, todo lo entiende y todo lo pregunta. Las noticias son cada vez más perturbadoras y alarmantes. Y por esa razón, ya no vemos noticias en casa. Pero esas noticias espantosas son las que todos hablan y comentan; es decir, el que no se vean en casa no significa que Andrea no va a tener acceso a ellas.
Me sorprendí tanto cuando la semana pasada Andrea llego de la escuela y me pregunta "mami, ¿por qué un hombre se comió la cara de otro?" Usualmente tengo buenas respuestas a sus preguntas pero honestamente en esta ocasión me quede fría y hasta en "shock." En momentos así, me gustaría meterla en una burbujita para protegerla de lo que está pasando a nuestro alrededor. Pero como eso no es posible, su barrera de protección soy yo.
No hablo de mentirles o engañarles; sino de darles la información correcta de acuerdo a su edad para contestarles sus inquietudes. Las madres somos ese filtro de información para nuestros hijos. Es decir, si nosotras nos alteramos y hasta nos aterramos; así lo harán ellos. O peor aún, si ignoramos o evadimos sus preguntas buscarán respuestas de otra forma. Somos las responsables de mantener la calma en nuestro hogar, haciéndolos sentir seguros y a salvo.
Proteger a nuestros hijos no es tarea fácil y hay muchas cosas que están fuera de nuestro control. Pero algo que sí podemos controlar es cómo reaccionamos. No tengamos miedo y seamos esa fuente de información a la que nuestros hijos recurren cuando buscan respuestas a sus preguntas de una manera segura y honesta.
Imagen vía Thinkstock