Mi primer hijo no fue planificado, pero fue bien recibido. Junto al sorpresivo embarazo, me asaltaron un camión de miedos y de dudas: ¿qué haré? ,¿cómo estimulo a esta criatura? Ahí, uno de los tantos artículos y libros que me devoré, apuntaban a lo mismo: ponle música a tu bebé desde que esté en la barriga. Así lo hice. Para mí no era difícil escuchar a Bethoven, Bach o Mozart, porque sus melodías – a pesar de no ser de las que escucho cotidianamente- siempre ha estado rondándome.
Casi a punto de dar a luz, una de mis compañeras de Yoga Prenatal, me habló de los productos Baby Einstein y fue como si se me abriera la puerta a una dimensión desconocida.
Allí entendí, de qué era lo que hablaban mis amigas que ya habían trascendido en umbral de la maternidad cuando aún vivía en Venezuela. Recuerdo que a quien viniera a Estados Unidos, le encargaban Baby Bethoven y Baby Mozart. La verdad, mi curiosidad nunca dio como para estar hurgando en los detalles. Para cuando nació mi hijo, ya tenía hasta una manta Baby Einstein.
Mi mayor sorpresa es que además de haber venido al mundo con una craniosinostosis, también tenía una torticolis congénita. Gabriel tenía su cuellito entumecido y la fisioterapia tocó su puerta desde muy temprano. Estimulamos a nuestro bebé de todas las maneras posibles y acompañamos nuestra angustia con música clásica, en clave de Baby Einstein. Los tenía todos, los disfrutábamos. Nos los sabíamos de memoria.Y además, por recomendación médica, movíamos el televisor de lugar para obligarlo a girar el cuello.
Cuando lo operaron, pasamos varias semanas en el hospital, donde nos facilitaron un DVD para que él viera Baby Einstein desde su cama. Todavía conservo cada uno de los DVD, que obviamente pasaron a mi hijo menor.
Gabriel comenzó a estudiar música en un conservatorio que da clases para niños. En la entrevista inicial, le dijo al al maestro que el sabía mucho de música clásica. El señor, abrió los ojos y le dijo " ¿Qué compositores conoces?" y él –que tenía cuatro años y medio- le dijo: "Bethoven, Mozart, Bach y también sé decir ojos,boca y oídos en francés". Ante tal afirmación el maestro comentó: "Qué bueno. Tus papás te enseñan mucho". Y el Gabriel rápidamentre refutó: "¡No, ellos no saben nada! Aprendí con Baby Einstein". La conversación terminó. De paso, lo aceptaron.
En algún momento, hace como dos años escuché que habían dicho que los productos no eran tan beneficiosos porque si los niños no deberían ver televisión antes de los dos años. Me reí. ¿Cómo alguien va a decirme que no es beneficioso dejar que tu bebé sea introducido a la música clásica, a las granjas, al mundo marino, a las partes del cuerpo y hasta a los idiomas?

Para mí, estos productos han sido aliados en la estimulación de mis hijos. Soy fanática de ellos. No creas que esto que has leído es un artículo pagado o patrocinado. Estoy escribiendo de mamá a mamá. Ahora que mi sobrinita está a punto de nacer, ya le compré tres cosas: el móvil Sweet Sea Dream, el Peek-A-Scene, esto es un aparatico pequeño que las manitos de un bebito puede manipular y jugar peek a boo. Además del Pacificador Sea Dreams, para que mi nueva princesa duerma tranquila, escuchando música y acurrucada con sus dulces melodías.
Imágenes vía Baby Eisntein
Aquí te dejo este vídeo de Baby Bethoven para que veas de lo que estoy hablando y espero que lo desfutes junto a tu bebé: Embedded content: http://youtu.be/OF5R7-HJCOY