Yo no sé ustedes, pero a mí me tienen que llevar a rastras al gimnasio. Y es que, claro, he descubierto que siempre hay una maravillosa excusa a la mano para no ir (o para ir "mañana"): puede ser el exceso de trabajo, el clima (hace mucho frío o demasiado calor), algún malestar del momento, etc… el caso es que nunca faltan.
Pero esta mañana leí algo que podría cambiar esta apatía. Según muchísimos estudios, hacer ejercicio no sólo es bueno para nuestro cuerpo, sino que además nos puede hacer un poco más inteligentes. ¡¡¿Qué, qué?!!
Pues sí. Hoy en día son más y más los estudios que sugieren que el ejercicio físico -por más simple que éste sea- es una de las maneras más eficaces de proteger nuestra memoria, mantenernos enfocadas, pensar de manera más clara, tomar mejores decisiones y, a la larga, ayudar a prevenir la demencia, el Alzheimer y otras condiciones neurológicas.
Estudios hay muchos y abarcan desde los beneficios mentales del ejercicio entre los jóvenes como entre los ancianos. Y entre los más recientes hay uno que toca a los ancianos mayores y que encontró que el levantamiento de pesas y otro tipo de ejercicio de resistencia demostró ayudar a un grupo de mujeres mayores de 70 años a desacelerar el proceso de demencia y a pensar más claramente.
Otros estudios se han enfocado en los más jóvenes, pero sin importar la edad -o el sitio en el que se hayan hecho- hay una cosa en común: todos han hallado beneficios al ejercicio que van más allá de un cuerpo espectacular.
¿Qué dicen? ¿Ahora sí se animan a salir corriendo al gym? ¿Quién dijo 'yo'?
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Imagen vía Thinkstock
