Las madres tenemos el trabajo más difícil que una persona puede tener, pero a la vez; el más gratificante. Las madres tenemos el poder de ayudar a nuestros hijos a cumplir sus sueños y llegar hasta dónde quieran llegar. Sí, con nuestro amor, acciones y palabras ayudamos a que nuestros se llenen de fortaleza y estén listos para su futuro. Es decir, no podemos hacer mejor inversión en la vida de nuestros hijos que construirles una base fuerte y estable de autoestima.
Las palabras tienen el poder de marcarnos para siempre. Detengámonos un segundo y pensemos: ¿recuerdas una burla que hayas recibido cuando pequeña? Probablemente sí. Y como dice el dicho "recordar es vivir", aún nos lastima recordarlo. Es increíble ver que todavía rememoremos estos incidentes, sin importar los años que han pasado. Es por eso que nuestro trabajo es ESENCIAL en la vida de un niño. Es nuestra responsabilidad y privilegio brindar comentarios positivos para rellenar esos huequitos que las palabras y críticas hirientes pueden hacer en la autoestima de un niño.
Cuando digo comentarios positivos, me refiero a comentarios dichos con intención y fundamento. Es decir, para proporcionar fortaleza a través de nuestras palabras debemos: Ser específicas y ser creativas. Sé que a Andrea le llena mucho más escuchar "princesa, qué lindo te quedó el perrito que dibujaste" en vez de un simple "buen trabajo." De la misma manera, escribir notas especiales y dárselas en momentos inesperados pueden ser el "highlight" del día. Por ejemplo, la maestra de Andrea me llamó para informarme de lo feliz que estaba Andrea de haber encontrado una nota especial dentro de su mochila.
Pensemos lo siguiente: un carro y el tipo de gasolina que le ponemos al tanque. Cuando compré mi auto el vendedor me explicó que no importaba lo lujoso que fuera el auto, si quería que se mantuviera en buenas condiciones lo tenía que llenar con gasolina de buena calidad. De igual manera, nuestros hijos tienen un gran valor (su personalidad, cualidades y atributos), pero mientras más los llenemos con la gasolina del positivismo, tendrán más energía y poder para alcanzar sus metas y sueños.
Después de todo, las palabras buenas y positivas no nos cuestan nada; pero valen más que cualquier objeto material que se pueda regalar. Así que, ahora es el momento. ¡A ELOGIAR A NUESTROS HIJOS YA!
¿Cómo le das refuerzo positivo a tus hijos? Cuéntame dejando tu comentario en el recuadro de abajo…
Imagen vía wallstalking.org/flickr