Se ha anunciado formalmente que hay una mujer entre los candidatos a la Presidencia de México y todo el mundo habla de ello… Y yo digo, ¿“cuál es la novedad?”. Las mujeres han llevado la batuta en el mundo latino desde hace muchísimo tiempo.
Desde mi perspectiva como hombre latino, me he dado cuenta de que son las mujeres quienes ejercen la mayor influencia en los niños en el hogar y las que realizan la mayor parte del trabajo y sirven de líderes en muchos aspectos de nuestras comunidades, incluidas las iglesias.
Además, el “machismo” tan prevaleciente en nuestra cultura latina, no nos ha traído sino dolor y disfunción. Considerándolo bien, el machismo no se diferencia de ninguna otra forma de discriminación o intolerancia, porque insiste en un tipo de “superioridad de género” que es falsa.
Es cierto que los hombres y las mujeres son diferentes, pero precisamente por esa razón es que las mujeres no pueden continuar excluidas de los puestos de autoridad en todos los aspectos de la sociedad. Las mujeres poseen una intuición especial y un don que la mayoría de los hombres no tiene o nunca aprende a desarrollar. Necesitamos esas cualidades especiales en nuestros gobiernos, nuestras iglesias y en todas las esferas del mundo de hoy.
Cuando miro a mi hijita a los ojos, muchas veces le digo: ¡Qué alegría que crecerás en un mundo donde no se te considerará simplemente por ser una chica o una mujer, sino por la experiencia y preparación que puedas aportar al empleo y a la vocación de tu elección! Ya casi lo estamos logrando… ¡y eso sólo puede ser algo bueno para todos!
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