Eso de que el amor no muere, es un mito. La relación se puede consumir sin que te des cuenta sobre todo porque debe regarse como una plantita para que cada día vaya creciendo y nutriéndose. No olvides que el enamoramiento de las primeras etapas de tu relación es algo pasajero, muy lindo, muy pasional y lleno de suspiros, pero pasajero. Si estás pasando por una crisis en tu relación, es momento de darle un poco de luz y vida, eso depende de que ambos se rescaten como pareja y equipo. Así que mira estos tips que te comparto.
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El amor verdadero, real, el que perdura se va cuidando porque se construye por elección y va mucho más allá de la química y los suspiros. Al principio, cuando los dos estaban tan enamorados y no querían estar separados ni un segundo, era solo eso, enamoramiento, una fase transitoria que da paso a lo que sigue, al amor real, así que no te estaciones en el pasado.
Si hay crisis, platiquen y ambos vean las posibilidades y las oportunidades que aún pueden darle a la relación. Si su reflexión les dice que vale la pena intentarlo, entonces comiencen “juntos” a oxigenar la relación y pongan en práctica todo aquello que les pueda ayudar a resucitarla. Eso sí , ambos deben de querer hacerlo, esto es una labor de dos.
Dejen de idealizarse, la vida real no está hecha de cuentos de hadas.
Mientras no suelten a la persona que quieren ver el uno en el otro, no podrán vivir felices. Nada peor que idealizar a una pareja porque verán imperfección cuando no cumplan sus expectativas mutuas y se lo reclamarán como si la idealización hubiera estado anotada en un contrato de “tu me debes hacer feliz siendo como yo quiero que seas” ¡Suena horrible! ¿No crees? Olvídense de la idea del príncipe o la princesa y acéptense con intenciones de adaptarse y hacer pequeños cambios para vivir mejor una vida en común.
Pregúntense cuál es el proyecto que aún tienen en común y aliméntenlo.
Hay muchas cosas que seguramente han dejado en pausa por estar discutiendo o intentando que el otro cambie pensando que así la relación será perfecta. Mejor concéntrense en construir algo juntos, puede ser un pequeño negocio, un proyecto de vacaciones, de casa o hacer cosas que les entusiasmen a los dos. Por algo están juntos, recuerden aquello que los unió porque siempre va a partir de la admiración que se tengan.
Vayanse nuevamente de luna de miel y hagan lo que no hicieron la primera vez.
Una crisis es una oportunidad de reciclar, esto significa hacer a un lado lo que no funciona y quedarse con lo que sí los nutre y los hace crecer como pareja. Si reciclan la relación desde el principio, pueden comenzar por la luna de miel, viajando a donde quizá no pudieron la primera vez, viviendo aventuras que quizá no experimentaron o cumpliendo deseos que se quedaron en pausa. Es un buen punto de partida que haría honor al dicho de borrón y cuenta nueva.
Tengan momentos de muchos abrazos y de acercamiento progresivo, el contacto es indispensable para revivir la relación.
El contacto revive el amor porque estar cerca ayuda a que la hormona del apego los vuelva a unir como al principio. Esto determina que quieran compartir momentos estando cerca, los ayuda a valorarse y a extrañarse cuando están distantes. Por ello el acercamiento amoroso, el abrazo o incluso el que poses tu cabeza en su pecho, ayuda a que resuciten lo que creen perdido. Empiecen poco a poco para que no se sientan invadidos en su espacio, sobretodo si vienen de una crisis.
Vivan momentos juntos donde puedan reír a carcajadas, esto los vinculará mucho más.
La risa es una de las mejores medicinas para la salud física, mental y emocional. Muchos expertos en el tema la recomiendan. Reír genera endorfinas, placer y gusto por el momento. Si ríen juntos lograrán pasar un momento grato que les ayude a ver la otra cara de la moneda, a ver que sí son capaces de compartir en alegría y que la mala racha que viven requiere de un poco de su parte para poderla salvar.
Tengan una clave o señal para hacer la retirada cuando ambos sepan que van a explotar.
Un problema muy grande en muchas relaciones es el hecho de dejarse llevar hasta el límite sin ponerse freno. Ante una crisis necesitan hacer un pacto de no agresión y apelar a la responsabilidad que ambos tienen como adultos de poder gestionar su mal humor o carácter fuerte. Es una decisión que llevaría a que cada uno se hiciera cargo de no explotar para no herir o lastimar. Por ello es importante una retirada a tiempo antes de que el conflicto los consuma. Ya más tranquilos, platiquen y lleguen a acuerdos.
Cocinen juntos, preparen una cena para festejar su amor.
No te estoy proponiendo una cena cualquiera, te estoy proponiendo una donde puedan conversar de lo valioso que tienen como pareja, de las cosas que admiran el uno del otro, de aquello que vieron en sus miradas o sonrisas por primera vez, de aquello que han logrado juntos. Después elijan bailar un rato las canciones que les recuerdan lo importante que son el uno para el otro o dedíquense una nueva melodía.
Hay situaciones en las que darse un tiempo podría funcionar.
El respiro emocional y la necesidad de descontaminarse de la crisis podría requerir poner distancia de por medio. Más que por el hecho de extrañarse, tiene que ver con bajar la guardia, reflexionar con calma y tomar una decisión sabia. Incluso, podrían reavivar los encuentros sexuales porque se extrañarían.
Vuelvan a leer las viejas cartas de los buenos tiempos y miren fotografías de su historia en pareja.
Dice el dicho que recordar es vivir y es cierto. Revivir las experiencias también despierta las emociones. Así que planea una conversación que los conecte con los momentos más importantes y bonitos que han tenido en la historia de la relación. Esto puede afianzar un nuevo sentido.
Deja a un lado la obsesión por tener la razón, escucha con verdadera empatía.
Esto es lo más difícil pero no es imposible. Si crees que el amor está muriendo debido a una crisis, en realidad el problema estriba en las expectativas que tienes de la relación. Es beneficioso que comprendas que se requiere sabiduría y no idealizar el amor.
Ni víctima, ni rescatadora, ni perseguidora de tu pareja, estas actitudes matan el amor.
“Pobre de mí” es el pesamiento típico de una persona que es víctima y no hace nada por salir de la situación. En cambio, eres rescatadora cuando te conviertes en su madre y le resuelves la vida. Mientras que la perseguidora quiere controlarlo en todo.
Deja el orgullo de lado y acepta que hay cosas que tu también debes cambiar.
Cuando doy una terapia de pareja siempre le digo a mis pacientes que la relación es una responsabilidad compartida. No es una historia de buenos o malos, de víctimas y victimarios. Para alcanzar el éxito es importante que cada uno se haga cargo de la parte que le toca.
Aunque estés enojada con él, no menosprecies sus detalles, no dejes que el rencor te ciegue.
Si tu enojo te impide ver los pequeños o grandes esfuerzos que el podría estar haciendo, lo más probable es que modifiques el enfoque de la realidad y solo salte a tu vista lo negativo de la relación. Así que tienes que ser objetiva.
Usa a tu pareja como espejo, las crisis señalan lo que tienes que transformar en ti.
Ser paciente, renunciar al control o incluso aprender a quererte más, son algunas de las lecciones que puedes vivir a través de tu pareja. No es tu enemigo, es tu maestro y de ambos depende crecer juntos superando los defectos que dañan la relación.
Pide consejo profesional, no te dejes llevar por las opiniones de otros.
Es muy complicado que alguien cercano a ti te de una opinión objetiva de la situación. Es saludable desahogarte y sentirte escuchada, sin embargo, cuando se trata de una decisión que definirá el futuro de tu relación, lo mejor es que busques un consejero de parejas profesional.