Afrontar el tema de la muerte es difícil, pero cuando se trata del fallecimiento de un ser querido es una pena que no tiene palabras para describirse y solo quienes lo han vivido podrían comprenderlo. Si sumado a ello, las circunstancias fueron tan injustas que te impidieron despedirte como hubieras querido, es posible que sientas tu dolor triplicado por mil. Hoy más que nunca, debido a la pandemia, el mundo se ha tenido que enfrentar a grandes pérdidas. Lo más terrible de todo es que debido al distanciamiento físico y geográfico, como es el caso de algunos latinos que viven lejos de su país de origen, muchos no pudieron tener la oportunidad de darle el último adiós a un familiar. Es por ello que con todo el respeto que tengo para tu experiencia y tu dolor, te daré estos consejos que te pueden acompañar en tu camino de duelo, no sin antes reafirmarte que debes considerar, la atención tanatológica para vivir tu proceso de la mano de un profesional y lo puedas superar de la mejor forma posible.
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Que más hubieras querido que cerrar el ciclo con tu ser querido estando presente en su último suspiro y cobijándolo con un abrazo. Sin embargo, ante la realidad tan cruda de no poder estar cerca para decir adios, es importante que lo asimiles despacio, poco a poco y a tu ritmo.
Todo duelo tiene un tiempo que puede ser distinto para cada quien, no hay recetas, no hay fórmulas porque no podemos escapar de cada uno de los sentimientos que se tienen que atravesar. Así que quizá estos ejercicios que te comparto pueden facilitarte el camino hacia la aceptación.
Cuando llegues a la aceptación de la realidad comienza a transformar el dolor en gratitud.
Aceptar la pérdida te tomará el tiempo necesario para ti, así que cuando hayas llegado a este punto puedes sentirte en capacidad total de transformar tu dolor en sentimientos de agradecimiento y en recuerdos que te conectan con la felicidad que sentías en su compañía, sin lamentarte por ello. Eso significa que estas llegando a la etapa de reconocer la realidad tal cual es y estar dispuesta a continuar sintiéndote feliz por su paso en tu vida.
Opción: Elabora una carta de gratitud.
Puedes escribir una carta o simplemente darle las gracias frente a un fotografía de él o ella. Dile todo aquello que te aportó para ser feliz, para vivir momentos agradables y de plenitud. Menciona los momentos que quieres conservar en tu memoria como los tesoros más valiosos que te ayudarán a anclarte con la felicidad y con el amor que te dio.
Comprende que despedirse no tiene nada que ver con la idea de olvidar.
En mi experiencia como terapeuta me he topado con muchos temores y enfoques sobre lo que para muchos significa el adiós y que pueden obstaculizar el duelo. La idea equivocada de que despedirse es un sinónimo de olvido puede llevar a cualquier persona a sentir que está siendo desleal. Comprende que jamás olvidarás a tu ser amado, la relación sólo se va a transformar y porque pasará a ser parte de tu corazón.
Opción: Mantenlo en tu corazón y haz una lista de todas las enseñanzas que te dejó.
Es muy importante que antes de despedirte tengas en cuenta que su paso por tu vida tuvo un cometido, una misión de algo que dejó como legado para ti. Pueden ser aprendizajes y enseñanzas que te transmitió y que admirabas de él o ella. Cualidades que te gustaría desarrollar en ti como una manera de recibir un regalo que se convertirá en un elemento importante para tu crecimiento personal. Haz una lista y cuando lo extrañes, léela en voz alta cada vez que sea necesario.
Necesitas hacer un ritual simbólico de despedida.
Sé que te hubiera gustado despedirte de otra manera. Sin embargo, la realidad que te ha tocado enfrentar es ésta y no puedes dejar ese círculo abierto. Tu interior necesita cerrar el ciclo y por lo tanto, el primer paso es que estés dispuesta a decir adiós con el objetivo de encontrar paz interior. Sobre todo, para liberarte de los posibles sentimientos de culpa que te han invadido desde la dolorosa pérdida. La despedida te prepara psicológicamente para asumir la realidad de lo ocurrido.
Opción: Practica un ritual de despedida a través de una carta escrita a mano.
Escribir un adiós te ayudará a acomodar tus emociones y sobre todo servirá para poner fuera de ti todas esas emociones que te han atormentado y confundido o que en muchos casos también has querido evitar. Es necesario que enfrentes el dolor porque tarde o temprano se manifestará de otras formas poco saludables. Así que escribir lo que te hubiera gustado decir y no pudiste es una manera saludable de cerrar de una forma distinta lo que no pudiste decir.
Busca la compañía de todos los que lo amaban para hacer una despedida grupal.
Hoy en día contamos con los beneficios que aporta la tecnología y por tanto también existe una gama de oportunidades a distancia para ponernos en contacto con aquellos que sabes que compartirán tu dolor. Es importante tener una charla sobre lo ocurrido, todo con la intención de que cada quien diga lo que necesite ante el adiós.
Opción: Puedes despedirte a través de una ceremonia personal o grupal usando una vela.
Otra manera de despedirte puede ser a través de tu voz. Puedes practicar este ritual a solas o en compañía con otros de sus seres queridos que comparten tu dolor. La vela simboliza su luz y puedes crear un círculo con todos los que estén en esta ceremonia, quizá tomados de la mano. La intención es que cada uno vaya tomando la palabra para decir adiós y pronuncie todo aquello que siente por su partida.
Celebra su vida haciendo realidad algún sueño que le perteneciera.
Recuerda que ahora llevarás su esencia en tu corazón. Puedes celebrar su paso por este mundo expandiendo alguno de sus deseos. Si tú siembras uno de sus sueños estarás perpetuando su esencia. No quiere decir que lo tengas que hacer de manera inmediata, puede tomarte algún tiempo y además debe ser elegido desde tu corazón. Dicho sueño o ilusión debe ir en consonancia contigo sin estar en contra de ti o tus ideales.
Opción: Busca un sueño que te haya transmitido, que te aporte a ti y a otros.
Quizá algún día te platicó el deseo de llevar a cabo una acción altruista, humanitaria o que aliviara su vida. Tú, puedes ser su portavoz o puedes ser quien le dé continuidad a aquello que dejó pendiente. Eso sí, recuerda que esto debe ir en consonancia contigo y de la mano con tus propias ilusiones de vida. Lo importante es que en ese acto deposites su energía y lo lleves a cabo sabiendo que es una forma de honrarlo.
Puedes recordar las mejores anécdotas que tuviste con él y sellar su recuerdo en ti.
Es otra manera de guardar en tu corazón todo lo que te enseñó sobre la vida a través de su compañía, aunque estuvieran a la distancia. Recordar es volver a vivir, así que es posible que de esta manera comprendas que los momentos que compartieron fueron disfrutados, agradecidos y valorados. Cada vez que coloques en tu mente un recuerdo, respíralo y alójalo en tu corazón.
Opción: Puedes crear un álbum de fotos para despedirte.
Puede tener las fotografías más importantes para ti, aquellas que describan en imagen la historia que construiste junto con tu ser querido en algún momento de tu vida. Así, cuando lo extrañes, podrás acudir a este álbum de fotos y recordar que su esencia seguirá permaneciendo en ti, en tus recuerdos y aprendizajes. También puedes colocar una frase en cada foto, una que te salga del alma.
En lo que asimilas su partida, platica con él de una forma simbólica con la intención de soltar.
Cada duelo es diferente y cada persona debe procesarlo a su ritmo y sin forzarse. Este duelo pudo haber sido particularmente difícil debido a las circunstancias de aislamiento. Es por ello que necesitas darte el tiempo necesario para seguir sintiéndolo cerca de ti hasta que estés lista para aceptar que ya no está. Debes consultar la práctica de este ejercicio con tu tanatólogo de confianza, para que te recomiende como ir soltando de menos a más.
Opción: Usa un cuaderno como diario y escribe a manera de conversación.
Es un ejercicio que debe ser transitorio, la idea es que lo comiences con la plena convicción de que en cualquier momento te sentirás lista para el adiós definitivo, el cual escribirás al final de tu diario. Puedes escribirle a su esencia todos los días o sólo en los momentos en los que tengas una profunda necesidad de sentirlo cerca. Si hay alguna noticia importante en tu vida que te hubiera gustado compartirle, exprésala en este diario.
Llegarás a un punto en que debes darle permiso al recuerdo de su imagen de irse y soltar.
Repito, será a tu ritmo, pero debe ser una meta que te debes colocar. Es importante que comiences a integrar su recuerdo en tu vida de una forma diferente. Así que cuando sientas que es tu momento, dale las gracias por tener un capítulo importante en tu vida y otórgale el permiso de irse de tu mente porque jamás partirá de tu corazón. Nadie más que tú sabrá desde tu interior, cuál es el momento para darle ese permiso de irse.
Opción: Solo cuando te sientas lista puedes comenzar a deshacerte de sus objetos personales.
Va mucho más allá de la creencia de que si no ves sus cosas cerca de ti dejará de doler tanto porque esto es un mito. Al contrario, antes de deshacerte de sus cosas personales debiste haber atravesado cada emoción y sentir el alivio que requieres para enfrentar el momento de empacar. Cuando tú decides deshacerte de sus objetos personales es cuando te sientes lista porque lo llevas contigo y no necesitas tener su habitación o su ropa intacta como una forma de tenerlo cerca.
Busca compañía emocional en el momento definitivo de tu despedida.
Finalmente, tú eliges si quieres vivir este momento a solas o acompañada de alguien que te dé soporte emocional en el momento del último ritual. Si necesitas consuelo, comprensión y unos brazos que te acojan, no dudes en pedir apoyo a alguien de confianza. Puede ser un amigo cercano, tu pareja o tu tanatólogo. Lo importante es que sepas que será un momento difícil pero que no necesariamente estarás sola.
Opción: Consigue un globo de gas ecológico que contenga semillas.
Puedes escribir la palabra "adiós" en un papel ligero para que lo puedas amarrar al hilo del globo de gas ecológico. Si te nace escribir una frase o una palabra que en ese momento surja de tu corazón, hazlo, cierra tus ojos y conéctate con tu intuición. Ya que hayas escrito lo necesario para ti, amarra el papel al hilo del globo y piensa en que las semillas llegarán a algún lado de la tierra y crecerá una planta hermosa.
