
Recuerdo una tarde de hace muchísimos años, cuando mi mejor amiga y yo, que en aquél entonces íbamos en secundaria, decidimos hacer una lista de las características de nuestro hombre ideal. Y aunque cada una escribió una lista con características muy diferentes, algo en lo que coincidimos es que fuera un hombre atento, amoroso, cariñoso, detallista y muy guapo. Es más, creo que todas las mujeres en algún momento tuvimos en la mente un prototipo de hombre perfecto. Pero, ¿Qué pasa cuando ese hombre ideal llega a tu vida con todo aquello que esperabas, haciendo tu sueño realidad y que justamente aquello por lo que te parecía perfecto, resultó ser lo que te ha llevado a querer romper. Suena muy contradictorio lo sé. A veces aquello que tanto deseas de tu hombre perfecto, puede ser el motivo del fin de la relación. Aunque cumpla todos los requisitos que tú creías necesitar, si no te hace feliz, sabes que debes moverte de lugar.
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Lo que hace a un hombre perfecto depende de lo que tú y tu pareja necesiten de una relación y dicha perfección no solo tiene que ver con él o contigo sino con la armonía y equilibrio que logren cuando están juntos. La relación será maravillosa si logran unir sus cualidades y aceptar sus defectos admirándose mutuamente.
Lo que las historias de amor, las novelas de amor y las películas de amor nos pintan, no es para nada la realidad que hace sana y funcional a una relación. Puedes pensar que la belleza, el atractivo, el dinero, el poder, los detalles, las atenciones y el prestigio podrían pintar el retrato del hombre perfecto, pero no es así. Mira aquí algunos de los motivos por los que tu relación podría terminar.
Parece hecho a mano, es guapísimo y es encantador, pero… ¡no te gusta!

Es literalmente un modelo de revista, y todas tus amigas te lo dicen. Cuando vas con él por la calle muchas lo miran y lo admiran, parece tener todas las cualidades físicas que cualquier mujer podría desear. Sin embargo, no hay química entre ustedes y lo notas porque no despierta en ti esas cosquillas que pensaste que ibas a sentir. No sientes deseo, ni atracción y esto es una señal de alerta porque quizá sólo te dejaste llevar por su físico sin tomar en cuenta otros aspectos que pueden ser mucho más importantes en una relación.
Te dice que sí a todo y aunque parezca algo envidiable para tus amigas, a ti te resulta un hombre sin criterio.

Alguna vez escuché una frase que dice que, si en una pareja ambos están siempre de acuerdo en todo, es que alguien piensa por los dos. Y no es que tengas que discutir por todo, pero tener puntos de vista diferentes, muchas veces ayuda a que ambos puedan aprender uno del otro. De alguna forma las diferencias también pueden ser complementarias y permiten que la relación tenga un equilibrio saludable. Esto ayuda a que se escuchen y desarrollen tolerancia.
Es tan perfecto que eso lo ha convertido en un hombre egocéntrico que solo piensa en el reconocimiento

Te has dado cuenta que cada cosa que hace por ti o en nombre de la relación, siempre la hace esperando recibir un aplauso o validación de ti o de los demás. Le gustan los halagos que recibe cuando lo consideran maravilloso. Eso le quita lo genuino a sus detalles y te sientes incómoda por ello ya que sólo cuando está frente a los demás es muy encantador. Eso te hace desconfiar de que su entrega sea auténtica e incondicional.
Sus atenciones y sus muestras de amor incansable llegan a saturarte porque te sobreprotege.

Está tan al pendiente de ti y de tus necesidades que a veces te sientes saturada y un poco asfixiada, todo su foco de atención está puesto en la relación y parece no importarle nada más. Una relación sana debe tener equilibrio entre los intereses personales y los intereses de pareja. Cuando la balanza está tan desequilibrada, la relación puede colapsar ya que podrías sentirte muy sofocada.
Tienen creencias ya sea políticas, religiosas o sociales muy distintas y te las quiere imponer.

Ambos tienen derecho a tener las posturas que elijan en cualquier ámbito de la vida. El problema surge cuando él quiere que pienses como él y adoptes criterios con los que quizá no concilias o que también interfieren con tus propios valores. Tiene todo lo que puedes necesitar de una pareja, sin embargo, este tipo de lucha los puede poner en una situación difícil al grado de convertirlos en enemigos de pensamiento y eso definitivamente desgasta cualquier relación.
La distancia y los intereses personales los separan y eso les impide alimentar la relación.

Muchas veces por diferentes circunstancias de la vida como el trabajo o las búsquedas de intereses personales, se ven obligados a distanciarse. Puede que vivan en países diferentes o cuenten con poco tiempo y eso complica el contacto. Y aunque hoy en día hay muchas maneras tecnológicas en las que podrían estar en comunicación, la relación necesita ser alimentada. La distancia puede provocar que la relación se enfríe y eso resulte un motivo para mejor decir adiós.
A pesar de tener muchas cualidades como pareja, es muy frío y eso no te llena.

Si eres una mujer que necesita de la calidez y de las muestras de amor de su pareja, definitivamente te sentirás incompleta si es que él es muy frío emocionalmente. Y no es que él esté mal, esa es su personalidad y no puedes obligarlo a convertirse en alguien que no es. Si es poco expresivo debes aceptar que es parte de su esencia y será difícil que logres sentirte completa o plena. Los acercamientos afectivos y los detalles que necesitas no serán como tu los esperas así que piénsalo bien.
Te trata con mucho cariño, pero es demasiado paternalista y quiere hacer todo por ti.

No te permite sentirte independiente, su conducta pareciera ser como la de un papá que busca protegerte todo y cobijarte todo el tiempo. Te consciente tanto, que a veces tu también puedes descubrirte en una actitud de niña mimada en lugar de tener una actitud de una mujer adulta. Esto puede ser generador de dependencia mutua, así que en el momento en que sientas que estas perdiendo autonomía, ten cuidado.
Es muy carismático, pero sientes que pierdes tu brillo cuando estas junto a él.

Aunque no lo haga intencionalmente, es como si él quisiera tomar el protagonismo de todo siempre que están juntos. Esto podría hacer que te sientas opacada con su brillo y quizá una sombra detrás de su brillantez. Lo admiras demasiado, pero esto ha hecho que te pierdas de ti misma y en ocasiones podría hacer que también dejes de concentrarte en desarrollar tu luz. Debes tener cuidado, ambos pueden iluminarse mutuamente, pero si él no lo permite, debes decir bye.
Te escucha, siempre está atento a tus necesidades, pero tiene mamitis exagerada.

El problema con el apego hacia la madre a edades adultas es que habla de una posible inmadurez emocional, ya que, ante todo, es posible que siempre busque la aprobación de su madre para cualquier decisión o paso en su vida. Esto implica que quizá le cueste mucho trabajo enfocar su relación de pareja como prioridad debido a que su atención estará totalmente enfocada en el apego a su madre.
Es el hombre que cumple todas tus expectativas, pero no hay química sexual.

Compartir intimidad física y sentirte plena con ello, es indispensable para que la relación funcione. Puede parecer un galán de cine, pero si al compartir intimidad no logran la satisfacción que necesitas, podrías estar destinada a la frustración. Aunque el sexo no lo es todo en una relación, la comunicación sexual determina en gran medida el éxito de la misma. Pueden ser muy compatibles en otros aspectos, pero si no lo son en la intimidad, deberías pensar si vale la pena estar.
Es muy hábil e inteligente, tiene una solución para todo, pero no sabe hacer trabajo en equipo.

Precisamente por sus habilidades, quizá tienda a descalificar las alternativas que proponen otros. La relación de pareja definitivamente implica trabajo en equipo, sobre todo si en algún momento quieren formalizar y escalar al compromiso de estar juntos. El que él tenga una solución para todo, puede volverlo soberbio y si tu sientes que no sabe hacer equipo contigo y quiere dirigir todo el tiempo las decisiones de la relación, ten cuidado.
Es tan compasivo que le cuesta trabajo poner límites y eso afecta su relación.

Tiene exceso de empatía por los demás y le cuesta mucho decir que no a los demás. En ocasiones, con sus decisiones por ayudar o resolver la vida de otros, te lleva a ti o a la relación a vivir efectos de dichas decisiones, al grado de que llegan a afectarte. Por ejemplo, tener que cancelar cosas importantes para ambos por cubrir las necesidades de alguien más o tener que sobre adaptarse por ayudar a otros.
Sabe sostener una conversación de cualquier tema, pero por ello no te escucha.

Es muy comunicativo, sabe de todos los temas, se adapta muy bien a cualquier ambiente y disfrutas mucho con el cada momento que pasan con amigos o con la familia. El problema puede surgir que al ser tan comunicativo, pierda el equilibrio entre hablar y la capacidad de escuchar. Si sientes que no se conecta contigo porque no te escucha y sólo quiere hablar y hablar, debes re evaluar si quieres vivir así.
Es extremadamente organizado y eso lo hace perfeccionista, para él nada es suficiente.

Es posible que lo que haya llamado tu atención haya sido su capacidad para mantener orden en las cosas y su capacidad para ser tan estructurado, viéndo en el a un excelente líder. El punto es que, si esto lo vuelve perfeccionista, te sentirás en medio de una relación en donde hagas lo que hagas, nunca estará satisfecho y podría ser muy crítico con tus decisiones. Es muy necesario que detectes esto a tiempo ya que estar en una relación donde sientas que nada es suficiente, sería muy desgastante.