Nunca pensé que podría dar a luz y disfrutarlo tanto, pero yo lo logré gracias a una doula. Cuando una piensa en el parto, piensas en algo muy doloroso. Pero no tiene que ser así si te preparas y cuentas con la ayuda necesaria. Después de dar a luz a mi tercer bebé con el apoyo de una doula, creo que debería ser un derecho para las mujeres tener este apoyo antes, durante y después del parto. Si estás embarazada, te pido que leas este artículo de principio a fin, pues puede cambiar tu experiencia en esta etapa.
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Con mi primer hijo, me preparé para tener un parto lo más natural posible. Pero al llegar al hospital no me permitieron hacer todo eso que había aprendido, por lo que fue una experiencia muy traumática y dolorosa. Con mi segundo bebé, tardé tanto en salir de la casa hacia el hospital —porque temía pasar por una situación similar— que casi doy a luz en el coche. Y después de estas dos experiencias tan poco deseables decidí que mi tercer parto me lo disfrutaría y sería inolvidable. Para ello, recurrí a una doula.
¿Qué es una doula?
"Creo que las doulas son para todos, no solo para las mujeres que quieren dar a luz en casa o quieren tener un parto natural. Las doulas dan apoyo sin juicios y de manera imparcial ya sea compartiendo evidencias basada en la información, dando espacio a la persona que da a luz para que descubra su poder interno mientras mantiene la calma. Es una figura amorosa que le recuerda que puede parir, una doula es parte de tu equipo", me contestó Guramrit LeBron, la doula que trabajó conmigo.
Llegó el momento de ir al hospital y nuestra doula nos acompañó desde el principio.
Semanas antes de dar a luz habíamos trabajado con la doula un plan para ir al hospital cuando llegara la hora del parto. Habíamos discutido previamente todos los detalles desde lo que nos aconsejaba llevar en la maleta, el momento de llamarla a ella y al doctor, cómo deseabamos el parto, cómo no lo imaginábamos y qué deseábamos evitar en el alumbramiento. Cuando las contracciones ya eran lo suficientemente intensas para irnos, nos fuimos muy seguros de que todo estaría bien y que al llegar al hospital ahí estaría dándonos su apoyo.
La doula fue mi mejor aliada en todo el proceso del parto.
"Una doula te da su opinión en lo que no conoces y te recuerda lo que quieres hacer durante el parto. Una doula también traduce lo que sucede en el hospital cuando las cosas suceden muy rápido para que tú te enfoques en tener al bebé. Es una parte importante de mi trabajo asegurarme de que mis clientes se sienten seguros, apoyados y escuchados y que tienen el parto que desean", nos comentó la doula.
¡Hizo de todo para ayudarme a sentir mejor!
Guramrit tenía todo en su mochila para recorfortarme, desde aceites con los que en varias ocasiones me dio aromaterapia para relajarme hasta hielo para refrescarme cuando en la intensidad del trabajo de parto sentía dolor intenso.
La doula me daba masajes para aliviar la intensidad de las contracciones.
Cuando las contracciones comenzaron a ser más y más fuertes y debido a que no me puse epidural el dolor se volvió más intenso y ahí estaba Guramrit haciéndome masaje en esos puntos específicos que alivian el malestar. ¡Es increíble lo que un buen masaje puede hacer cuando estás atravesando por el trabajo de parto!
Abogó para que me dejaran caminar durante el trabajo de parto.
En mis dos trabajos de parto anteriores recuerdo que no me dejaron levantarme de la cama lo cual fue muy traumático pues en momentos en donde el cuerpo me pedía caminar o estirarme para aliviar el dolor o encontrar una mejor posición no podía hacerlo. Nuestra doula se aseguró de que no me dejaran con el suero conectada en la cama y negoció con la enfermera y el doctor para que me dieran la oportunidad de tener más movilidad lo cual fue un gran acierto.
Me enseño a usar una pelota de ejercicios para aliviar el dolor y acelerar el parto.
La pelota de yoga se convirtió en mi mejor aliada a la hora del trabajo de parto, en ella pasé gran parte de las contracciones y mi doula me mostró distintos ejercicios para que el bebé se pudiera ir colocando de cara al parto con lo que el proceso fue mucho más rápido.
La doula fue de gran apoyo para mi pareja también.
También apoya a tu pareja que se preguntará qué es lo normal [durante el parto] y que también necesita un poco de coaching", nos contó Guramrit cuando la entrevistamos.
Me ayudó a encontrar las posiciones más favorables en medio del trabajo de parto.
Cuando una se encuentra en el trabajo de parto llega el momento en el que no hay ninguna posición en la que se encuentre cómoda, pero si tienes una doula ella te puede indicar esas posiciones que capaz no cruzaron por tu mente pero que te ayudan a minimizar el dolor. Esta posición con las piernas tipo mariposa me proporcionó bastante confort en el momento en el que las contracciones alcanzaban su pico más alto.
Respiraba conmigo de distintas maneras para controlar el dolor.
En el momento en el que las contracciones se volvieron más agudas la doula respiraba conmigo y me mostraba distintas técnicas de respiración para aliviar el dolor o para relajarme. Nunca me imaginé que respirar correctamente fuera crucial para controlar la intensidad del dolor y hasta para encontrar calma y seguridad en medio del trabajo de parto.
Respetó los momentos de intimidad que en ese momento necesitaba con mi esposo.
El trabajo de parto también es un momento muy especial para la pareja y en un momento yo me pregunté si el hecho de tener una doula iba a cambiar la dinámica con mi esposo o él se sentiría un poco fuera de la ecuación, pero Guramrit se aseguró de que el pudiera estar cerca de mi cada vez que lo necesitaba sin intervenir y dándonos un espacio de intimidad que también necesitabamos. ¡Nuestro bebito estaba por nacer!
Al momento de empujar estuvo ahí conmigo, literalmente sosteniéndome.
Una vez ya tenía 10 centímetros de dilatación llegó la hora de empujar. De pronto sentí que literalmente no sabía qué hacer. No recordaba cómo empujar y ella me fue guiando y diciendo qué hacer; cuando parar, cuando seguir, cuando respirar, hasta que el bebito nació.
Al momento del nacimiento se aseguró que el médico siguiera nuestra voluntad.
Nuestra doula verificó que no cortaran inmediatamente el cordón umbilical del bebé y fue mi esposo quien lo hizo como habíamos decidido previamente. Mi intención era amamantar al bebito y así fue, en cuanto nació tuvimos contacto piel con piel y lo empecé a lactar. ¡Fue un momento mágico!
La doula me dio unos consejos para comenzar la lactancia correctamente.
Aunque yo había amamantado a mis dos niños hay cosas que con el paso del tiempo se te olvidan y Guramrit me recordó cómo tenía que poner al bebito para que agarrara correctamente el pezón y tomara el calostro –se me había olvidado lo pequeños y frágiles que son los bebitos al nacer–. Para que la lactancia sea exitosa es importante comenzarla desde el primer día de vida del bebé y contando con la ayuda de una profesional que se asegure que todo lo estás haciendo bien para que amamantar luego sea más fácil.
Como un plus fue la mejor de las fotógrafas.
Guramrit nos tomó miles de fotografías de los momentos más emocionantes del trabajo de parto y de la llegada del bebé, gracias a ella tenemos estos instántes en imágenes y eso fue un bono además de tenerla como doula.
Tras el parto se aseguró de que comiera, me hidratara y descansara.
Tras la euforia del nacimiento de mi amado bebé me sentía sumamente cansada y la doula se aseguró de que me hubiera nutrido e hidratado antes de que me quedara dormida. Fue un alivio saber que ella se estaba encargando de todo.
Llegamos a casa inmensamente felices de haber vivido esta experiencia.
El parto que tanto soñaba pudo ser realidad gracias a la doula que tuve. Creo que como mujeres tenemos el derecho de dar a luz de la manera en la que así lo deseamos –salvo lógicamente que haya un peligro inminente para la madre o para el bebé y entonces hay que cambiar los planes y la doula también apoyaría con esta situación–. Yo honestamente no creo que pedía mucho, simplemente me preparé en mis clases de yoga prenatal para tener un parto mucho menos doloroso, pues sabía que no quería epidural, y un alumbramiento que pudiera disfrutarlo y en le cual estuviera yo bajo control. ¡Lo logramos, fue un gran trabajo de equipo!
Una doula también está capacitada para cuidar a un recién nacido.
El trabajo de la doula no termina en el parto, Guramrit me dio algunos consejos para cuidar a mi bebé; cómo limpiarle el ombligo o cómo sacarle los gases. Aunque ya había sido mamá tras 10 años algunas cosas se me olvidaron y otras cambiaron así que fue buenísimo tenerla a mi lado. En mi caso no la contratamos para que nos ayudara a cuidar al bebito pero muchas doulas se dedican a asesorar a las mamás y ayudarlas los primeros días en el postparto. Algunas, como Guramrit, hasta cocinan comida diseñada especialmente para las mujeres tras dar a luz.
El inicio de la lactancia no fue fácil para mi y nuestra doula me ayudó muchísimo.
Por una razón que desconozco mi bebé no se prendía al pezón correctamente y amamantarlo era terrible. Yo lloraba de lo mucho que me dolía. Guramrit me visitó a los pocos días del parto y me ayudó a encontrar las posiciones que mejor funcionaban para amamantar al bebé y unas técnicas para que el bebito agarrara mi pezón correctamente. Ese día también me trajo unos tés para aumentar la producción de leche y para balancear las hormonas tras el parto.
Pienso que cada mujer debería de tener una doula a su lado antes, durante y después de parir.
Definitivamente mi experiencia de parto cambió al tener a una doula que me respaldó desde el final del embarazo hasta después de dar a luz. Es magnífico trabajar con una experta que sabe perfectamente lo que hace, que te aclare todas tus dudas y en la que puedas confiar plenamente. ¡Gracias Guramrit por todo! Debería ser un derecho para todas las mujeres poder parir con la ayuda de una doula. Si estás embarazada y no cuentas con el presupuesto para pagar a una doula investiga bien porque algunas de ellas podrían atenderte sin importar si puedes pagar sus honorarios. ¡Adelante y buena suerte!