Los hijos tienen esa capacidad increíble, casi sobrenatural, de saber exactamente qué hacer o qué decir para llevarnos al límite de la paciencia y empujarnos al abismo. Si le sumamos el cansancio por el trabajo, la limpieza, la cocina, la ropa sucia, así como otros conflictos personales que podamos tener y las pocas horas de sueño, el cóctel es explosivo.
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Pero, como bien señala la psicóloga clínica Laura Markham, en un artículo de la revista Psychology Today, es también nuestra responsabilidad, como adultos y padres responsables, mantenernos lo más alejados posible de ese abismo, en el cual nuestros hijos pueden hacernos caer.
Escucha este episodio de nuestro pódcast 'Mamá Dice' sobre la importancia de no explotar con nuestros hijos cuando estamos molestas: