Ni creas que tu objetivo como madre es criar hijos muy obedientes pensando erróneamente que en eso se mide la "buena educación". Es tanto como hacer que caminen a ciegas hacia un precipicio. Y es que no es para asustarte y mucho menos para desacreditar tu autoridad; es para que comprendas que existe una línea muy fina entre la obediencia y la sumisión y debes enseñar a tus hijos a diferenciarla, porque seguir instrucciones al pie de la letra sin cuestionar, representa un riesgo enorme que incluso puede ponerlos en peligro. Edúcalos en el desarrollo de un pensamiento crítico para que así tengan el filtro que necesitan para saber decir "NO" a los peligros a los que están expuestos y para que logren desarrollar un criterio bien sustentado.
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Durante mucho tiempo se relacionó la rebeldía de los niños con un aspecto negativo y se infundía miedo en ellos para anular cualquier actitud oposicionista. Sin embargo, los extremos no son recomendables ya que un toque de rebeldía habla de un niño que tiene la capacidad de cuestionar y de saber poner límites para respaldar su propia seguridad.
El abuso de poder, la mala percepción de que una figura de autoridad debe ser respetada "en todo" y además la búsqueda de un sentido de pertenencia familiar, ponen en un estado vulnerable a un niño que no sabe distinguir entre lo que es la obediencia y la sumisión. Es por ello que puedes seguir estos consejos.