Después de un abuso sexual, los daños psicológicos son fatales, el pequeño puede sentirse desprotegido, avergonzando, con miedo a ser castigado y sintiéndose terriblemente indefenso ante una situación que aún no es capaz de controlar. Puede sentirse malo, sucio y hasta merecedor de un castigo. Es importantísimo que como mamá estés alerta y ante cualquier sospecha, acudas con un especialista para que te oriente.
Lee más en ¿Qué más?: 8 tips para hablar con tus hijos sobre abuso sexual infantil
Imagen vía Corbis