Algo difícil de entender para los padres es que el estrés no tiene que ver con ser niño o adulto. La falsa idea de que los niños no tienen preocupaciones te impide ver la realidad de su mundo. Asuntos como los cambios de domicilio, las visitas a médicos, los exámenes o los problemas con los amigos son estresores que tienen efectos importantes.
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