En las redes sociales, Nacho y su aún esposa Inger Mendoza eran la pareja ideal. Sus fotos en familia con los tres hijos que tuvieron en común, y el que el artista tiene de una relación anterior, eran para derretirse y los hicieron para muchos el modelo emocional a seguir. Los venezolanos parecían hechos el uno para el otro, con un amor capaz de superar las largas separaciones que impone la carrera de cantante y las tentaciones de la soledad. Pero una vez más se demuestra que nadie sabe lo que pasa en un matrimonio a puertas cerradas.
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El artista venezolano le escribió una carta pública de despedida a su esposa. En sus palabras, Nacho dejó claro qué pasó entre él e Inger. Y es que la vida del artista no es fácil. La soledad es mala consejera, tanto para el que se va como para el que se queda. La paciencia no es eterna. La virtud no es fuerte y las heridas se acumulan.
Ambos han subrayado cuan importante es para ellos seguir siendo una familia; después de todo, tienen tres hijos en común, que son los que de verdad te amarran y hacen una gran realidad eso de "hasta que la muerte los separe". Nacho e Inger aún viven bajo el mismo techo junto a sus hijos, por lo menos el tiempo que él está en Miami. Quién sabe qué pasará en el futuro, pues la cercanía es tentadora. La historia entre ellos es tan difícil como hermosa. Aquí la tienes.