Si confundes amor con prisión, justificando a tu pareja con pensamientos como: "Es que me ama tanto que me protege de todo y no quiere que me pase nada" o "Es que es un hombre muy intenso en el amor y por eso me levanta la voz cuando se enoja", cuando en realidad es un tipo que te quiere controlar hasta la ropa que te pones, entonces estás metida en un problema del que ¡debes salir YA! No se trata de renunciar a la relación sino quieres, más bien se trata de que aprendas a poner límites ante las conductas posesivas y dominantes de tu pareja. Si necesitas que te controlen en una relación, ponte alerta porque debes reparar tu autoestima de inmediato. Si te sientes ansiosa, preocupada y, sobre todo, sientes que estás dejando de ser tú misma, toma en cuenta estas señales para que puedas encontrar una solución.
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El control oprime, el control ahoga, el control te quita identidad, el control te destruye. Entonces, ¿por qué lo confundes con amor? Tú crees que amas y que te aman cuando en realidad ambos están en un laberinto sin salida. Una relación sana se basa en el respeto y tiene que ver con el respeto de quien eres, con el respeto de tu esencia. Cuando permites que te controlen, estás destruyéndote tú sola, buscando un amor distorsionado fuera de ti porque quizá es la única experiencia que has vivido sin darte la oportunidad de vivir otras formas sanas de amar y ser amada.
Si necesitas de alguien que te diga qué hacer, significa que tienes problemas de autoconfianza y madurez, que no confías en tu potencial y que quieres seguir siendo una niña eterna que necesita dirección y prohibición. El secreto está en que descubras tu potencial, ¡todas lo tenemos! Entiende que mereces ser feliz y no debes sentirte prisionera de tu propia vida y mucho menos encadenada a una relación que solo te trae angustia y deteriora tu autoestima.