Selena Gómez regresó a la localidad texana en la que vivió su infancia, Grand Prairie, y se reencontró con el humilde barrio en el que se formó como persona antes de que la fama le arrancara la inocencia quizá demasiado pronto. Por eso, las palabras de amor que dedicó a sus orígenes nos encogieron el corazón.
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Un buen consejo de madre es que, llegues donde llegues, nunca olvides de dónde procedes. Selena Gómez se tomó esto bien en serio y, si bien tiene otros problemas en la vida, parece que esa lección la tiene grabada a fuego.
La cantante, antes de pasar a ser una estrella de Disney, tuvo una infancia normal, y quizá por eso más feliz que su tumultuosa fama, en una casa cualquiera, en un lugar cualquiera. Mira estas fotos y te sobrevendrán muchísimos sentimientos encontrados.